Los ataques rebeldes causan la muerte de una decena de soldados norteamericanos en Irak
Abril es el mes más trágico de la posguerra para EE UU, con un centenar de militares fallecidos
Los ataques de los rebeldes contra las tropas de la coalición internacional se multiplican en todo el territorio de Irak. Una decena de militares estadounidenses han muerto en enfrentamientos armados en las últimas horas. El más intenso se desató la noche del sábado en las cercanías de Qaim, muy cerca de la frontera con Siria. Cinco marines y más de 20 insurgentes murieron en un combate que se prolongó 14 horas. Otros tres soldados norteamericanos perdieron la vida en una emboscada en Diwaniya, donde están desplegadas las fuerzas españolas.
Un soldado más falleció en la provincia de Al Anbar, al oeste de la capital iraquí. Una treintena de iraquíes murieron también en los choques armados.
Portavoces militares norteamericanos confirmaron ayer la muerte de cinco marines que sufrieron un ataque al convoy en el que se desplazaban el sábado por la tarde cerca de Qaim, a varios centenares de kilómetros al noroeste de Bagdad. La batalla se extendió durante 14 horas por varias localidades próximas. Más de 20 iraquíes fallecieron en estos enfrentamientos.
En Diwaniya, tres soldados perdieron la vida en un ataque contra un convoy de la I División de Blindados el sábado por la noche. Otros siete insurgentes fallecieron en los combates. Un portavoz del Ejército de Estados Unidos confirmó asimismo que otro militar ha muerto en la extensa provincia de Al Anbar, en la que se encuentra Faluya, pero no ofreció ningún detalle más.
Abril es el peor mes para los soldados norteamericanos desde que el presidente George W. Bush declaró el fin de la guerra, el 1 de mayo 2003. Un centenar de militares de EE UU han perdido la vida en estos 18 días.
Las tropas británicas y las holandesas también sufrieron ataques cerca de sus bases en ciudades del sur de Irak. Dos militares de Reino Unido resultaron heridos ayer en Amara, al norte de Basora, en una emboscada lanzada contra un convoy. Los uniformados holandeses intercambiaron disparos con rebeldes en Samawa, también al sur de Irak.
Nayaf (a unos 110 kilómetros al sur de Bagdad) y Faluya (60 kilómetros al oeste), ciudades sitiadas por el Ejército de Estados Unidos, vivieron ayer una calma muy tensa y no se informó de enfrentamientos ni de víctimas. Pero portavoces del clérigo chií radical Muqtada al Sader, al que pretenden detener las tropas de Estados Unidos, aseguran que esperan que las tropas norteamericanas entren en la ciudad santa chií de Nayaf en cualquier momento.
Los intentos de mediación de los partidos chiíes que forman parte del Consejo de Gobierno Iraquí, controlado por Washington, han fracasado uno tras otro. Ahmad Chalabi, un miembro del Consejo de Gobierno muy próximo a Estados Unidos, señaló ayer a una cadena de televisión norteamericana que atacar Nayaf, rodeada por 2.500 soldados estadounidenses, sería muy peligroso. Al Sader ha decretado una tregua de dos días para celebrar con tranquilidad una festividad religiosa.
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