El Gobierno precipitó la retirada porque la espera aumentaba el riesgo para las tropas

La seguridad de las tropas españolas desplegadas en Irak ha sido el factor determinante para precipitar su regreso. "Una vez decidido el repliegue, cada día de demora aumentaba el riesgo para los soldados", explicó una fuente oficial. El Gobierno ha suspendido el relevo del contingente y la salida hoy mismo hacia Kuwait de un avión con unos 200 militares y ha ordenado la vuelta de las tropas "en el menor tiempo posible". Según fuentes militares, el repliegue podría llevar más de un mes, pues será preciso extremar las medidas de protección y repatriar por vía marítima el material llevado en agosto.

Los soldados españoles podían ser objetivo de ataques para capitalizar su anunciada marcha

¿Por qué no se ha esperado hasta el 30 de junio para ordenar el repliegue? Fuentes del nuevo Gobierno aducían ayer tres razones. La primera, "la certeza de que no se iba a conseguir una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en los términos que España consideraba imprescindibles". La segunda, "el deterioro de la situación sobre el terreno, donde las tropas españolas ya no podían cumplir la misión de asegurar la seguridad para la que fueron enviadas". La tercera, y principal, "la convicción de que, una vez anunciada la retirada, cualquier demora incrementaba el riesgo para los soldados".

El mayor peligro estaba en que alguno de los grupos terroristas que actúan en Irak tuviera la tentación de convertir a los soldados españoles en objetivo de sus ataques para influir en la fecha de la retirada o tratar de capitalizar una marcha ya anunciada. "Puesto que la decisión ya estaba tomada y era firme, lo mejor era zanjar cuanto antes el debate", insistieron las fuentes consultadas.

La medida se produce en pleno proceso de sustitución de la brigada Plus Ultra II, basada en la brigada mecanizada de Botoa (Badajoz), por la Plus Ultra III, basada en la Legión. El vuelo previsto para mañana se ha suspendido, así como los programados para el 23 y el 27 de abril, que debían completar el relevo. También queda en suspenso el acto de transferencia del mando entre el general Fulgencio Coll y su sucesor, el general José Muñoz, previsto para el miércoles en Base España (Diwaniya).

Se da la circunstancia de que el general Muñoz viajó el pasado jueves a Irak, en el cuarto vuelo de relevo, con 240 militares. El primero, con 160, se produjo el 29 de marzo; el segundo, con 164, el 5 de abril; y el tercero, con 70, el pasado día 11. Este último tuvo carácter extraordinario y su objetivo era evitar que, debido al traslado a Kuwait de los militares que regresan, la cifra de efectivos en Irak se redujese. Actualmente hay en Irak más de 1.400, desplegados en Diwaniya, Najaf, Babil (sede de la división multinacional centro-sur bajo mando polaco) y Bagdad.

El nuevo ministro de Defensa, José Bono, ordenó ayer al jefe del Estado Mayor de la Defensa, Antonio Moreno Barberá, que organice el repliegue. El mayor problema no está en la retirada de los soldados, sino de los 286 vehículos, así como cuatro helicópteros, y abundante material.

En el despliegue del pasado verano se emplearon cuatro buques: el Castilla y el Pizarro, de la Armada, y dos mercantes, el Carmen B y el Velázquez, fletados a una naviera. Los buques zarparon el 25 de julio y llegaron a Kuwait el 14 de agosto, después de tres semanas de navegación. El contingente se acantonó en una base estadounidense en Kuwait (Can Coyote) y se desplazó por tierra a Diwaniya en cuatro convoyes que hicieron noche en una base logística británica en Irak (Camp Cedar).

Medidas de autoprotección

La operación de retirada obligará a fuertes medidas de autoprotección, pues los soldados son más vulnerables cuando se desplazan que acuartelados. La situación actual es, demás. mucho más delicada que cuando llegaron. Eso explica que el Gobierno no quisiera ayer poner plazo al repliegue y lo dejara en manos de los responsables militares, primando por encima de todo la seguridad. El contingente español carece de protección antiaérea, por lo que el apoyo aéreo depende de EE UU.

La retirada española deja en una situación difícil a la división polaca, que pierde una de sus tres brigadas, y a los contingentes centroamericanos, integrados en la Brigada Plus Ultra.

Fuentes del nuevo Gobierno dijeron ayer que "todos los países afectados" habían sido informados de la inminencia de la decisión española, aunque no se les anticipara la fecha. Las mismas fuentes no especificaron a qué países se referían, pero dieron por sentado que, entre ellos, figuraban, además de EE UU -Bono se entrevistó el 5 de abril en Washington con el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld-, Reino Unido (que manda la división sur, limítrofe con la polaca), Polonia, El Salvador, Honduras y República Dominicana.

Los más afectados son estos tres últimos, ya que sus tropas (380 salvadoreños, 370 hondureños y 150 dominicanos) desplegadas en Nayaf y Diwaniya, no podrán seguir en Irak sin el apoyo que les prestan los españoles, por lo que es probable que también se retiren.

Desde el levantamiento chií, provocado por la detención del representante en Nayaf del clérigo radical Múqtada Al Sadr, a principios de abril, los soldados españoles no patrullan en la ciudad santa chií. Sí lo seguían haciendo en Diwaniya, aunque sólo a bordo de blindados, para evitar ataques como el que sufrió el sábado un convoy militar de EE UU, que respondió matando a cuatro iraquíes.

La operación española en Irak se ha saldado con 11 víctimas mortales. El 19 de agosto falleció en el atentado contra el cuartel general de la ONU en Irak el capitán de navío Manuel Martín-Oar; el 6 de octubre fue asesinado en Bagdad el agente del CNI José Antonio Bernal; el 26 de octubre murió de un disparo accidental en Diwaniya el sargento Luis Puga; el 29 de noviembre perdieron la vida siete agentes del CNI en una emboscada al sur de la capital; y el 4 de febrero falleció en Madrid el comandante de la Guardia Civil Gonzalo Pérez García del disparo recibido en un enfrentamiento con pistoleros en Hamsa.

Defensa lleva gastados en Irak unos 350 millones de euros.