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Reportaje:

La vivienda como objetivo

El gasto público superará los 1.000 millones de euros en cuatro años

Carmen Sánchez-Silva

El Gobierno socialista se propone echar el resto con la vivienda, el puntal de las políticas sociales que se ha comprometido a emprender, como ha señalado José Luis Rodríguez Zapatero en su discurso de investidura. El acceso a un piso en condiciones razonables es "un clamor social" y "el mayor problema con que hoy conviven millones de familias", según ha manifestado. De hecho, en los últimos ocho años el precio de la vivienda ha subido un 111% en España. Ante esta situación el PSOE ha presentado su denominado plan de choque, que se basará, en palabras de Zapatero, en "un impulso decidido al alquiler y un freno a la especulación inmobiliaria, a la construcción desenfrenada y sin planificación".

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Su promesa es dar un giro en la política de vivienda que permita a los menos favorecidos disponer de una casa. Por eso se basará en impulsar la protección pública en régimen de propiedad y de arrendamiento. Como ha reconocido el propio Zapatero, la propuesta es una de las más ambiciosas de entre las que ha puesto sobre la mesa. Se trata de contribuir a que el aumento de los precios de las casas se modere -que no que bajen los precios, puesto que es una labor difícil de conseguir con la gran demanda existente y los bajos tipos de interés actuales-. Y su estrategia es poner en marcha 180.000 actuaciones anuales sobre vivienda (o sea, 720.000 durante la legislatura que ahora comienza).

Para ello contará con un departamento de nueva creación que no ha tenido antecedentes en la democracia, sí antes. Se trata del Ministerio de la Vivienda que será dirigido por la hasta ahora consejera de Fomento de la Junta de Extremadura, María Antonia Trujillo, una cara nueva de la que poco sabe el sector inmobiliario.

Trujillo va a enfrentarse a un hueso duro de roer porque la solución al problema de la vivienda no se presenta fácil -como han ido comprobando uno tras otro todos los gobiernos democráticos-. Es más, incluso entre las filas socialistas se duda de la utilidad del nuevo Ministerio argumentando que la mayoría de las competencias en esta materia se encuentran transferidas a las comunidades autónomas. Otros, sin embargo, apuntan que, aunque el poder de decisión del Gobierno central esté mermado, el Departamento podrá conseguir sus fines si se le dota de presupuesto.

¿Y cuál es el presupuesto? De este extremo poco se sabe y por lo que ha manifestado recientemente el próximo vicepresidente económico, Pedro Solbes, tampoco se va a modificar radicalmente lo hecho hasta ahora por el PP ni en materia de vivienda ni en materia económica, porque el máximo objetivo del equipo socialista es la estabilidad presupuestaria.

Por el momento el PSOE se servirá del Plan de Vivienda puesto en marcha por el Ejecutivo popular para ampliarlo y reforzarlo, y no será hasta el año que viene cuando lance su propio programa estatal de ayudas y prepare sus primeros presupuestos, que ahora está elaborando. El Plan de Vivienda pivota sobre tres objetivos: conseguir que la financiación de las entidades bancarias a la vivienda protegida pase de los 4.300 millones de euros actuales hasta los 5.000 millones de la próxima legislatura y que el gasto público supere los 1.000 millones de euros en los próximos cuatro años, cuando en los cuatro de gobierno del PP ha sido de 660 millones de euros.

El escollo del suelo

Para Julio Rodríguez, uno de los asesores del partido en materia de vivienda, el tercer objetivo, y no por ello menos importante aunque sí más complicado de lograr, es generar suelo para construir esas viviendas de bajo precio en alquiler y en propiedad. Habrá que contar con los terrenos públicos, tanto del Estado como de autonomías y ayuntamientos; el suelo ya calificado para vivienda protegida y el procedente de las cesiones obligatorias que los promotores tienen que facilitar a la Administración, "pero no se podrá hacer sin llegar a un acuerdo con comunidades y ayuntamientos, y éste pasa porque se les de una vía alternativa de financiación", señala Rodríguez.

De esta forma se podrá ir actuando para conseguir poner viviendas asequibles en el mercado, algo que costará sea inmediato puesto que la mayor parte será de nueva construcción y levantar un bloque de pisos lleva unos dos años, el plazo que se ha dado Zapatero para que estén disponibles. Generar suelo es bastante más difícil, sobre todo en el tiempo. Quizás sea menos problemático convencer a los propietarios de pisos vacíos para que los pongan en alquiler con garantías legales suficientes.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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