Japón confirma su repunte
El Gobierno cifra en cerca del 3% su PIB durante el pasado año fiscal
Los indicadores de crecimiento dicen que el país nipón ha dejado atrás su "década perdida"; sin embargo, los fantasmas de una deuda pública que equivale al 150% de su PIB, el bajo aumento del consumo interno, la imposibilidad de sanear el sistema financiero y la elevada cotización del yen son peligros que pueden impedir que esta mejora se mantenga en el tiempo.
El yen se ha apreciado un 12% frente al dólar en un año, convirtiéndose en un serio riesgo para la competitividad de los envíos al exterior
Las exportaciones a China han aumentado un 33% en dos años, con lo que el gigante asiático pasó a representar el 0,9% del PIB japonés
Cuando todos los analistas celebraban el crecimiento del 2,7% registrado por la segunda economía mundial en 2003, el Gobierno nipón ha dado un nuevo golpe de efecto esta semana, al confirmar que el alza del PIB durante el año fiscal -terminado en marzo- será aún mayor que el 2% pronosticado y "que llegar a un 3% es posible", según dijo el responsable de política económica, Heizo Takenaka.
Este dato es inmensamente superior a los leves crecimientos del 0,4% en 2001 y del 0,2% en 2002, y se suma a la gran temporada de la Bolsa japonesa que creció en un 47%, su año fiscal más rentable desde 1973. Esto disparó el beneficio de las empresas dependientes del negocio interno.
Pero, ¿cómo se explica esta "luna de miel"? Los analistas apuntan al tirón del crecimiento de sus principales socios económicos: EE UU, y en especial China, cuyas importaciones desde el país nipón han aumentado un 33% en los últimos dos años. Según la Organización del Comercio de Japón, China ha sido el responsable de un 0,9% del PIB japonés en 2003.
Otra de las explicaciones a este repunte son los indicadores de inflación y ventas que dan cuenta de una leve recuperación en el consumo, dato que representa el 60% del PIB. De esta manera, la inflación se situó en cifras positivas, luego de seis años con deflación, y se volvió al crecimiento de las ventas minoristas luego de 31 meses.
No obstante, los más escépticos señalan que la recuperación del consumo -el gasto doméstico creció sólo un 2,1% en febrero, frente a un 5,2% de hace un año- es aún insuficiente y que los datos más recientes ponen en evidencia que el despegue del año pasado aún no se ha consolidado completamente.
Y las críticas no paran. A pesar de que las exportaciones han tirado el carro del crecimiento en 2003, éstas se pueden ver entorpecidas por la elevada cotización que está experimentando el yen sobre el dólar. Para frenar esta escalada, que ya lo sitúa en 106 yenes por dólar -una apreciación del 12% en un año-, el Banco Central japonés ha confirmado esta semana que seguirá interviniendo el mercado de divisas. En los tres primeros meses de 2003 ya se han gastado 114.000 millones de dólares para impedir movimientos especulativos con el yen y no reducir la competitividad de las exportaciones.
La deuda no afloja
El sistema bancario japonés es otro de los dolores de cabeza del Gobierno. Todavía golpeada por la crisis de los impagos de fines de los años noventa, la banca nipona mantiene pendiente su reestructuración. Los préstamos de dudoso cobro ascienden a 400.000 millones de dólares, el 6% de los préstamos totales.
El otro gran problema es la deuda pública japonesa, que sobrepasa el 150% del PIB, una cifra que supera en más de seis veces el producto interior español. El Gobierno nipón se ha planteado disminuir esta deuda, pero hasta el momento los esfuerzos han sido inútiles ya que el déficit presupuestario cerró en el 8% del PIB durante 2003.
Con todo, y a pesar de que la mayoría de los especialistas coinciden en que lo peor ya pasó, los mismos analistas advierten de que esta recuperación sólo se quedará en un dato coyuntural si no se logra controlar esta deuda, se sanea el sistema bancario o no se reactiva el consumo.
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