El hijo del lechero
AMELIA CASTILLA | Madrid
Fue monaguillo, ayudó a su padre a repartir leche a domicilio en la localidad británica de Wallsend y ejerció como maestro en un colegio de religiosas, pero la música fue siempre su refugio: se inició con las canciones de su madre y aporreó el piano de sus abuelos hasta que decidió dedicar todo su empeño a tocar el bajo y componer canciones como Roxanne o Message in a bottle.