Patrimonio estudia desproteger el palacio del Canto del Pico y parte de su entorno
Situado en el parque regional del Manzanares, es un bien de interés cultural desde 1930
La Comunidad de Madrid estudia quitarle al palacio del Canto del Pico, en Torrelodones, la catalogación de bien de interés cultural -máxima protección de este tipo-, pero no ha delimitado a qué parte del entorno del monumento va a afectar la desprotección, eso lo harán próximamente los técnicos de la Consejería de Cultura, en función del "impacto visual". El palacio está en una finca de 110 hectáreas dentro del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares. El pasado jueves, la Comunidad resolvió los errores de forma del expediente iniciado el mes de enero.
El Consejo Regional de Patrimonio de la Comunidad de Madrid aprobó el pasado 20 de enero el inicio de un expediente para rebajar la protección del palacio del Canto del Pico, actualmente bien de interés cultural. Pero en ese expediente había errores de forma: ni se describía el edificio ni se hacía una relación pormenorizada de los bienes muebles de valor artístico que aún conserva este edificio, construido en 1920 por el conde de Almenas para guardar los centenares de obras de arte -de entre los siglos XII y XVIII- que había estado reuniendo durante años.
El pasado día 15 se subsanaron estos errores con la citada descripción y con el inventario: alrededor de medio centenar de objetos que figuraban en un informe de 1929 de la Real Academia de Bellas Artes y que aún permanecen en el palacio a pesar de varias décadas de deterioro continuo del monumento, que desde 1988 pertenece a la empresa hotelera inglesa SHL.
Lo que no han podido corregir es la delimitación del área a la que va a afectar este cambio de protección. El entorno del palacio -de 2.000 metros cuadrados construidos en tres plantas- se encuentra en una parcela de 110 hectáreas perteneciente al parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, zona protegida, además, medioambientalmente y rodeada por las nuevas viviendas de Torrelodones.
Impacto visual
La Consejería de Cultura y Deporte explica que cuando se declaró el edificio, en 1930, monumento histórico artístico (hoy bien de interés cultural) no era necesario establecer a qué zona anexa se circunscribía dicha protección, lo cual es hoy obligatorio. Por lo tanto, explican, la consejería "tendrá que establecer ahora cuál es exactamente la zona afectada por la revocación". Los técnicos serán los encargados de hacerlo con el "impacto visual" como criterio de delimitación. Eso sí, se realizará una vez iniciado el expediente, que se encuentra en estos momentos en fase de información pública y alegaciones desde su publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid del pasado jueves.
Desde la consejería insisten en que el Consejo Regional de Patrimonio, formado por representantes del Gobierno regional, el PSOE, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Doctores y Licenciados, el Ayuntamiento de Madrid, la Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Museo Arqueológico Regional, aprobó por unanimidad quitarle su actual protección. Sin embargo, existe el temor de que se aproveche para realizar una operación de especulación inmobiliaria, como expresó el pasado mes de enero el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas, aunque se mostró a favor de la desprotección. De hecho, los actuales propietarios ya intentaron en 2001 construir un hotel de lujo sobre el palacio, aunque el proyecto fue denegado por el Gobierno regional.
Con la nueva calificación, el palacio pasaría a formar parte del Inventario General de Bienes de la Comunidad de Madrid, por lo que "seguiría estando protegido", aseguran fuentes de la consejería. El cambio radicaría, entonces, en que, como bien de interés cultural, no se puede cambiar nada, en absoluto, del inmueble, y como parte del inventario de bienes los cambios se pueden realizar, aunque tienen que ser aprobados por el Consejo Regional de Patrimonio.
En cualquier caso, la primera consecuencia del cambio sería la salida del claustro gótico de la Casa del Abad, del monasterio de Valldigna, que la Generalitat Valenciana logró recomprar el pasado septiembre y que aún no han podido recuperar debido a la catalogación del edificio. Algunos de los miembros del Consejo de Patrimonio temen que la descatalogación traiga consigo la "desintegración" del inmueble.
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