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Profesores de chicos con fracaso escolar exigen a Aguirre que pare la aplicación de la Ley de Calidad en sus aulas

Profesores de los talleres de garantía social para alumnos de más de 16 años con fracaso escolar reclaman a la Comunidad que paralice la aplicación de la Ley de Calidad Educativa en sus aulas. Consideran que los programas de iniciación profesional que dicha ley prevé para estos muchachos (en sustitución de los de garantía social) son "demasiado academicistas" y temen que con ellos "muchos chicos acaben en la calle sin formación".

El nuevo presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, del PSOE, quiere suspender la Ley de Calidad para modificarla, pero la mandataria regional, Esperanza Aguirre, del PP, ha anunciado su intención de seguir aplicándola mientras siga vigente. Los docentes temen que Aguirre, a quien corresponde desarrollar en Madrid estos criticados programas de iniciación profesional, los ponga en marcha antes de que a Zapatero le dé tiempo a cambiarlos. Por eso, han enviado un escrito a la Consejería de Educación.

El consejero de Educación, Luis Peral, indica que aún no han tomado una decisión sobre estos programas. "Estamos estudiando a ver qué podemos hacer, porque es cierto que hay chicos con grandes dificultades para obtener la titulación mínima [el certificado de secundaria], y no sólo entre los de 16 años; también entre los de 13 y 14", afirma.

José Luis Gordo, director de los talleres de garantía social de Puerta Bonita, de la Comunidad, y uno de los portavoces de los docentes, explica que los programas de iniciación profesional previstos en la Ley de Calidad "sólo servirían para una pequeña parte de los cerca de 8.000 alumnos de garantía social que hay en Madrid". "Los más excluidos volverían a dejar las aulas", añade.

La mayoría de los alumnos de garantía social son chicos que proceden de entornos desfavorecidos y que, al no aguantar el sistema de enseñanza reglada de la escuela, acaban abandonándola. Entre ellos hay también adolescentes de otros países (sobre todo de Marruecos) que llegan solos a Madrid y necesitan aprender con rapidez un oficio para ganarse la vida, y muchachos autores de delitos a los que los jueces les imponen medidas educativas para su reinserción.

En los programas de garantía social, que duran de uno a dos años, estos jóvenes reciben formación en algún oficio (jardinería, peluquería, fontanería...) y conocimientos básicos explicados de forma práctica y en pequeños grupos de 15 alumnos.

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Gordo explica que la clave de estos talleres es que en ellos hay sólo dos profesores, pocas asignaturas y una atención personalizada en la que se priman los conocimientos prácticos. "Sin embargo, con la Ley de Calidad se vuelve a un modelo muy parecido al de las escuelas e institutos que con estos muchachos no ha servido; con seis o siete profesores diferentes y demasiadas asignaturas en detrimento de las horas dedicadas a oficios", argumenta.

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