Bob Grimes, a la derecha, junto al autor del libro, Peter Eisner
'Casablanca' en los Pirineos
Durante la Segunda Guerra Mundial, el decisivo papel jugado por la fuerza aérea aliada tuvo un alto precio en bajas: 100.000 tripulantes y pilotos perdieron la vida y 30.000 fueron hechos prisioneros. Un grupo pequeño, pero significativo, unos 2.000 de los que fueron derribados sobre la Europa ocupada -Bélgica, Holanda y Francia-, consiguió escapar. De esos, 800 fueron rescatados por la Línea Cometa, resistentes belgas y franceses con contactos en el País Vasco.