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Reportaje:

El euro castiga a la exportación

Las empresas reducen el margen comercial para mantener su cuota de mercado y buscan refugio en la UE

La balanza comercial española aguantó bien el empuje del euro frente al dólar en 2003. Desde el punto de vista macroeconómico, el crecimiento del 5,4% de las exportaciones españolas en el último ejercicio es muy superior al 2,1% de Alemania, y contrasta positivamente con las caídas del 4,0% en Italia y del 2,9% en Francia y duplica el crecimiento del comercio mundial.

En relación a los mercados de destino, los técnicos de Economía no dudan en afirmar que Estados Unidos ha sido "la gran decepción"
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La fuerte concentración de nuestro comercio en los mercados de la Unión Europea, que aportan el 70,5% de los ingresos de nuestra balanza comercial, ha actuado como salvaguarda frente a la revalorización de la divisa europea. Sin embargo, este dinamismo incuestionable que refleja la estadística empieza a mostrar debilidades importantes cuando más allá de las cifras oficiales se desciende al escenario real de las empresas que, especialmente a partir del tercer trimestre del año, han empezado a acusar la caída de sus pedidos exteriores y se han visto obligadas a recortar el beneficio comercial para intentar mantener sus cuotas de mercado.

Los datos de la última Encuesta de Coyuntura de la Exportación, que elabora trimestralmente el Ministerio de Economía, muestran ya como el 44% de las empresas exportadoras españolas afirma que su cartera de pedidos exterior se ha visto perjudicada por la revalorización del euro, especialmente en los mercados de Estados Unidos, Japón y América Latina. Este deterioro en los pedidos desde países extranjeros va desde el 10% de su cartera exterior, que reconoce un 49% de las empresas afectadas, hasta el 30% de la exportación total que admiten otro 15% de las mismas.

A nivel sectorial, los datos de la Secretaría de Estado de Comercio y los estudios del Consejo Superior de Cámaras concentran el deterioro más acusado de las ventas exteriores en actividades de materias primas, las industrias extractivas y en las manufacturas de consumo y bienes de consumo duradero que se caracterizan todas ellas por mantener en España el grueso de su actividad productiva y generar un producto escasamente diferenciado de sus competidores internacionales. No extraña, por tanto, que las mayores caídas de nuestra balanza comercial en el año 2003 correspondan a los sectores de calzado (-8,4%), juguetes (-8,1%), productos cerámicos y pavimentos (-4,1%), otras manufacturas (-5,7%) y electrónica de consumo (-3,7%).

Rebaja de márgenes

Respecto al beneficio comercial, la encuesta muestra cómo cuatro de cada seis empresas exportadores reconoce que está rebajando sus márgenes de exportación, especialmente las de mayor volumen y tamaño de facturación, mientras que otro 46% los mantenía estabilizados. Esta política de sacrificar el beneficio para mantener las ventas se ha traducido en una caída del 0,8% para el conjunto de las exportaciones españolas durante el último ejercicio.

Aunque resulta difícil y arriesgado cuantificar el impacto económico de esta evolución del tipo de cambio sobre nuestra exportación, los cálculos de algunas asociaciones de exportadores afectadas estiman en torno a 2.300 millones de euros el valor de las pérdidas de ventas españolas en el área dólar para el conjunto de productos y sectores, cifra equivalente al 1,7% de nuestros ingresos totales por exportación en 2003. Esta cantidad sería el resultante de sumar al descenso nominal del valor exportado a los mercados asiáticos y americanos el diferencial negativo de los precios.

En relación a los mercados de destino, los técnicos del Ministerio de Economía no dudan en afirmar que Estados Unidos ha sido "la gran decepción". La recuperación de la economía norteamericana a lo largo del último ejercicio y las aparentemente buenas relaciones a nivel político entre Madrid y Washington habían despertado expectativas de un importante crecimiento de las ventas españolas. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta. Las exportaciones españolas a EE UU han caído el 1,4% durante 2003. Un descenso que la Administración atribuye casi exclusivamente al "tipo de cambio euro / dólar que está influyendo decisivamente para que la mejora de la economía estadounidense no se traduzca en más exportaciones españolas". Sólo algunos productos de consumo "muy notables como el cava o algunos textiles se han salvado del retroceso general". Importante ha sido también el retroceso en América Latina, donde las exportaciones españolas cayeron el año pasado un 9,1%.

En el caso de Asia, destaca el fuerte crecimiento de las exportaciones a China que, inmunes al valor del euro y a la epidemia de neumonía asiática, crecieron el 39,4%, hasta 1.098,1 millones, en contraste con la caída general de los grandes mercados de ese continente, especialmente Japón (-4,2%) y los llamados tigres del sureste asiático (-20,1%). "El crecimiento económico de China es tan brutal que no está afectado por el tipo de cambio y, además, el modelo industrial chino favorece la importación de bienes de equipo, semimanufacturas y productos de tecnología media en los que España es muy competitiva", destacan los técnicos de Economía. Con vistas al futuro inmediato, la preocupación compartida de las asociaciones empresariales y la Administración es comprobar el impacto que la fortaleza del euro pueda tener sobre el comercio exterior de Francia y Alemania, los dos primeros destinos de las exportaciones españolas que, en conjunto, absorben el 30% del total de nuestras ventas. Los analistas de la Secretaría de Estado de Comercio recuerdan que "Alemania tradicionalmente está compensando las caída de su demanda interna con exportaciones, y una desaceleración de las ventas exteriores alemanas y francesas sí podría tener repercusiones negativas sobre su demanda de productos españoles y, en consecuencia, deteriorar gravemente nuestra balanza comercial".

A pesar de todo, el comportamiento de los mercados de divisas en las últimas semanas y la dinámica de las economías de ambos lados del Atlántico apuntan a que "la evolución del tipo de cambio va a modificarse y las exportaciones españolas va a superar en 2004 las tasas de crecimiento alcanzadas en el año precedente".

Factura energética

Desde el punto de vista de la importación, los efectos de un euro fuerte han sido doblemente positivos para la economía española. Por un lado, el Ministerio de Economía reconoce en su informe sobre El comercio exterior en 2003 que el mínimo crecimiento de la factura por compras energéticas, sólo un 2,1%, es debido "a la continua apreciación del euro" que ha permitido contrarrestar las subidas del barril del crudo en los últimos meses. Mientras que, por otra parte, las cámaras de comercio apuntan también cómo "los sectores industriales están aprovechando la fortaleza de la divisa europea para incrementar sus importaciones de países no integrados en la moneda única, aprovechando la rebaja de precios por el tipo de cambio", aunque destacan que este ahorro de costes y el derivado de las compras de petróleo, que se siguen pagando en dólares, no se ha trasladado a los consumidores finales.

Por el contrario, el citado informe cameral constata que los precios de venta en el mercado interior están subiendo tanto en la industria como en los servicios "debido al intento de mantener los márgenes introduciendo mejoras en la calidad y en los servicios prestados y dejando en un segundo plano la competitividad vía precios".

El aumento de la competencia en todos los mercados a los que llegan los productos españoles, incluido el nacional, es otro de los efectos de la apreciación del euro que, indirectamente, impulsa una mejora de la competitividad vía precio de los productos procedentes de países no integrados en la eurozona.

Las exportaciones han crecido un 5,4% en 2003.
Las exportaciones han crecido un 5,4% en 2003.ÁNGEL SÁNCHEZ

Nuevos síntomas después del 11-M

La situación actual de fortaleza de la divisa europea frente al dólar parece estar llegando a su fin. Ésa es, al menos, la opinión coincidente de los responsables de la Administración comercial española, de la patronal CEOE, y de responsables de las principales asociaciones de exportadores afectadas, como el Consejo Intertextil, la Federación de Industrias del Calzado o el Club de Empresas Exportadoras Españolas.

Los atentados terroristas del 11-M en Madrid no serán ajenos a esta reversión del tipo de cambio, en opinión de las instituciones consultadas, quienes argumentan que "al igual que la vulnerabilidad demostrada por Estados Unidos tras el 11 de septiembre fue, junto a la desaceleración de la economía norteamericana, uno de los elementos impulsores de la revalorización del euro, los graves sucesos del 11 de marzo en Madrid han mostrado ahora la debilidad de Europa y ante un recrudecimiento del conflicto entre Occidente y el integrismo islámico el dinero buscará refugio en el puerto más seguro, que en el momento actual vuelve a ser EE UU".

Al margen del fenómeno terrorista, otros factores, más estrictamente económicos, avalan la hipótesis del cambio. En primer lugar, la confirmación de la recuperación de la economía estadounidense, que empieza a crecer a una velocidad de crucero del 3,5%, basada en el desarrollo tecnológico y la mejora de la productividad. Segundo, la incapacidad demostrada por las grandes economías de la UE para corregir sus déficit fiscales, especialmente si se quiebra el Pacto de Estabilidad, así como la ralentización de las reformas estructurales pendientes en la Unión. Y, finalmente, las declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, quien el pasado día 24 abría la puerta a una próxima bajada de los tipos de interés en los países de la Unión Monetaria.

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