Los secuestradores de tres civiles japoneses anuncian que hoy serán liberados

El secuestro de occidentales en Irak se ha convertido tanto en una nueva arma para los grupos insurgentes como en causa de una morbosa competencia entre los canales árabes de información continua que rivalizan por encontrar el grupo con mayor número de rehenes. El anuncio más espectacular lo transmitió la cadena Al Arabiya, de Dubai, que difundió imágenes de un grupo de enmascarados que aseguraba que su organización retiene a 30 extranjeros de varias nacionalidades, entre ellos españoles, y que no va a liberarlos hasta que sus países no retiren sus tropas de Irak.

A pesar de este anuncio, la Embajada de España descartó que alguno de sus nacionales se encuentre secuestrado. Sin embargo, siguen en poder de sus captores tres japoneses y dos palestinos. El grupo armado que secuestró a los tres japoneses anunció ayer en la televisión Al Yazira que los liberará a lo largo del día de hoy domingo. Al menos siete civiles y dos soldados más se dan por desaparecidos a falta de más pruebas.

"No tengo constancia de que falte ningún ciudadano español entre la pequeña colonia de Irak, ni entre los periodistas, ni entre los expertos que trabajan para la Coalición", declaró el encargado de negocios español en Bagdad, Marcos Vega. De igual forma, desde Base España, en Diwaniya, los portavoces militares españoles han descartado la ausencia de algún soldado de la Brigada Plus Ultra.

Sin embargo, en el vídeo difundido por Al Arabiya, un nuevo grupo, las Brigadas del Mártir Jeque Yasin, asegura que tiene en su poder a varios españoles entre sus 30 rehenes extranjeros. El portavoz enmascarado amenazó con matarlos a todos si "las fuerzas norteamericanas y sus aliados no abandona Irak y se levantan el sitio a la ciudad de Faluya". La cinta, en la que se ve a varios hombres armados también con el rostro cubierto, no muestra pruebas de los supuestos secuestrados entre los que también habría japoneses, búlgaros, estadounidenses, israelíes, coreanos, italianos y de otras nacionalidades.

Es la última grabación de este tipo después de que una televisión australiana mostrara imágenes de un anglosajón, aparentemente un civil norteamericano, presuntamente capturado por un grupo de insurgentes. El hombre, que habla con acento sureño, dice llamarse Thomas Hamill y explica a la cámara que los insurgentes atacaron el convoy en el que viajaba y le cogieron prisionero. Está sentado en la parte de atrás de un coche que pasa junto a un camión en llamas. Un portavoz estadounidense ha admitido que varios civiles y dos soldados se encuentran en paradero desconocido tras el ataque el viernes a una de sus caravanas en el oeste de Bagdad.

Horas después, un grupo aseguró en la televisión qatarí Al Yazira que mataría a Hamill si no se levanta el cerco sobre Faluja en un plazo de 12 horas a partir de las seis de la tarde de ayer.

Ese día corrió la voz de que cuatro italianos y dos norteamericanos habían sido secuestrados en las proximidades de Abu Gharib, a medio camino entre Bagdad y Faluya. Un reportero de la agencia Reuters vio a dos occidentales presos en una mezquita. Los guerrilleros le dijeron que eran italianos, pero no pudo hablar con ellos. El Gobierno de Roma negó que faltara alguno de sus ciudadanos en Irak. Unos soldados admitieron también estar buscando "dos compatriotas y otros extranjeros".

La lista de desaparecidos aumentó ayer después de que dos agentes de seguridad alemanes no llegaran a Bagdad. Los dos escoltas, que trabajaban para la Embajada de Alemania en Irak, acompañaban a tres diplomáticos de esa nacionalidad que viajaban desde Ammán, la capital jordana. De todas formas, el Ministerio de Interior alemán no descarta que estén muertos, ya que nadie se ha responsabilizado de su retención. También está en paradero desconocido desde el martes un contratista británico, identificado como Gary Teeley, que trabajaba en Nasiriya.

A pesar de que se busca a todas estas personas, tan sólo se tiene completa certeza de que se hallan secuestrados los tres japoneses y dos palestinos (uno con pasaporte israelí y otro canadiense), porque sus captores han mostrado imágenes.

Sea cual sea el destino de todos ellos, la aparición del secuestro como arma política ha supuesto un cambio cualitativo para los extranjeros que trabajan en Irak. El jeque Harez Suleimán al Dari, secretario general del Comité de Ulemas, recordó que los religiosos han pedido "a todos los grupos de la resistencia que liberen a todos los rehenes que no tengan una vinculación absoluta con los invasores", en referencia a los militares. "El secuestro no está permitido en nuestra religión", aseguró antes de atribuir lo sucedido a la situación de caos que reina en el país. También desde el campo chií, fuentes próximas al ayatolá Alí Sistani han condenado la práctica.