_
_
_
_
_
Reportaje:

La trastienda de Becara

La firma madrileña de muebles y decoración exporta a 91 países el 40% de sus ventas

La compañía de muebles y decoración Becara ha conseguido un modelo de negocio intermedio entre la importación y la fabricación propia. Productores asiáticos realizan en exclusiva la mayoría de sus productos. En Madrid se mejoran y luego se exportan.

Ha hecho de su empuje y del buen gusto marca de la casa. Becara, una firma que Begoña Zunzunegui creó en Madrid ya hace 40 años como una pequeña tienda de regalos, es hoy un negocio familiar, en el que están integrados sus cuatro hijos, que factura 25 millones de euros y emplea a 290 personas. La tienda que la casa tiene en la calle de Juan Bravo de Madrid, 2.000 metros llenos de detalles que cubren toda la gama de precios, es sólo el escaparate de un negocio que esconde en su trastienda su núcleo principal. En Valdemoro, cerca de la ciudad, una nave recibe cada día mercancía procedente de Asia. Allí, se mejora, se termina y se distribuye a los clientes, otras tiendas repartidas por España y 91 países más que albergarán muebles con su cuidada etiqueta.

El cuidado es algo que Zunzunegui extrema. "Esa ensaladera está fuera de lugar; hay que cambiar estas velas; la pantalla de la lámpara es demasiado pequeña...". Un paseo con ella por la tienda es como pasar revista. Pero ese cuidado y ese nivel de exigencia es lo que le ha permitido vender muebles asiáticos con calidad europea. Seguramente, el secreto de su negocio.

Becara compra entre el 80% y el 90% de sus productos en Asia -fundamentalmente en China, Indonesia e India- donde cuenta con tres oficinas. Allí 60 proveedores, normalmente pequeños talleres, fabrican en exclusiva para la firma española, mientras casi 900 personas más producen para Becara y otras firmas internacionales. Los productos allí realizados llegan a Valdemoro, donde pasan un detallado proceso de mejora -los que son de madera se desmontan casi en su totalidad- que les da la calidad requerida, y desde donde se distribuyen. Cada día llegan -y salen- de Valdemoro dos contenedores, entre 340 y 360 bultos, para servir a las tiendas. Hoy Becara tiene un saldo vivo de 15.000 referencias y 15.000 clientes, entendiendo por tal las tiendas o establecimientos que hayan adquirido mercancía los últimos 18 meses. Y a ellos ha llegado, prácticamente, sin publicidad, ya que es en las ferias donde capta a la mayoría. Expone dos veces al año en Francfort, otras dos en París, una en Verona, tres en Madrid y otra en Valencia. En periodo entre ferias cubre los pedidos mediante teléfono, lo que le procura un importante ahorro de costes en agentes.

Según Zunzunegui, entre las claves de la expansión está la reinversión de beneficios -medio millón de euros confesados el año pasado- y el diseño. "En Becara", dice, "no hacemos muebles, hacemos colecciones", lo que significa que todo tiene un sello personal. "No existen las copias, ni los parecidos, porque eso siempre son sucedáneos", afirma. Y es a las copias, precisamente, a lo que Becara teme. Por eso, en Asia cada parte de cada mueble lo hace un taller distinto, y por eso la firma no publica ningún catálogo. Sin embargo, está creando en Valdemoro un impresionante show room (sala de exposiciones) para sus clientes.

El antes y el después

Cien por cien familiar, a Begoña Zunzunegui y sus hijos ni se les pasa por la cabeza pensar en socios, ni financieros -"para eso están los bancos"- ni industriales, porque el know how y las patentes de sus productos, las tienen ellos. Sus próximos proyectos se centran en sacar todo el jugo a la planta de Valdemoro, en la que han invertido 10 millones de euros. Allí han edificado 26.000 metros cuadrados de los 50.000 que tiene la parcela. Y allí producen los pocos objetos que no vienen ni de Asia, ni de Jaén, donde proveedores exclusivos les fabrican la forja.

Valdemoro, donde Becara se instaló hace tres años, establece un antes y un después en la empresa, una de las primeras en aprovechar las ventajas de Asia.

Begoña Zunzunegui, creadora y propietaria de la firma Becara.
Begoña Zunzunegui, creadora y propietaria de la firma Becara.ULY MARTÍN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_