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El Gobierno en funciones pacta con el PSOE aplazar el plan de emisiones que exige Bruselas

Alemania aprueba recortes mínimos de gases en 2.400 plantas industriales del país

El Gobierno enviará hoy a la Representación Española en Bruselas, para su tramitación, un "documento de mínimos" con el trabajo realizado para elaborar el Plan de Asignación de Emisiones de Gases y cumplir con las exigencias para España del Protocolo de Kioto. El documento, sin datos concretos, estaba pendiente ayer -a 24 horas del límite impuesto por Bruselas- del visto bueno del PSOE. En la práctica, habrá un aplazamiento del plan. Alemania, por su parte, ha aprobado un recorte mínimo de emisiones.

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El equipo -en funciones- de la Secretaría de Estado de Energía y los encargados del área de medio ambiente del PSOE, encabezados por Cristina Narbona, acordaron el pasado lunes enviar a Bruselas la documentación ya elaborada para aprobar el Plan de Asignación de Emisiones, pero sin datos concretos. Las decisiones las tomará el nuevo Gobierno.

Esa especie de borrador, acompañado de la petición para que Bruselas tenga en cuenta "la situación peculiar de interinidad por la que atraviesa el país ante el inminente cambio de Gobierno", permitiría al Ejecutivo saliente español, que ha recibido críticas por su actuación tardía en esta materia, salvar la cara.

Se incumplirían, aunque sólo a medias, las exigencias de Bruselas que incluyen la presentación, por parte de todos los socios de la UE, de un plan con las emisiones previstas por sectores de actividad de forma que en 2012, globalmente, los Quince emitan un 8% menos de gases contaminantes que en 1990. Para España, el objetivo es aumentar, en 2012, un máximo del 15% las emisiones de 1990. A día de hoy, España supera en cerca de un 40% las emisiones de 1990.

La tardía actuación del Gobierno -que sólo hace unos meses trasladó la competencia de actuar para cumplir el Protocolo de Kioto de Medio Ambiente a Economía- ha merecido críticas unánimes de la oposición, de los sindicatos, de las organizaciones ecologistas y de sectores empresariales como el siderúrgico.

En sectores como el eléctrico, los retrasos y los cambios de competencia animaron, además, una dura pugna, que aún se mantiene, entre las empresas teóricamente más afectadas por la máxima de "quien contamina paga" (Endesa, Unión Fenosa e Hidrocantábrico) y aquellas con una estructura de producción más limpia como Iberdrola.

En cualquier caso, los sectores más directamente afectados por las directivas de la UE -sector energético, cemento, azulejo y cerámica, siderurgia y papel- tendrán que esperar a que se constituya el nuevo Gobierno para saber qué cuotas de emisión les corresponden como sector e instalación por instalación. El temor generalizado es que España no pueda cumplir con los compromisos asumidos y las empresas tengan que adquirir derechos de emisión en el mercado. En euros, según diversas estimaciones, la factura podría oscilar entre 1.400 y 4.000 millones de euros anuales.

Hasta la fecha, según fuentes de Economía, sólo siete países han enviado sus planes a Bruselas. Alemania lo enviará hoy. Para su industria el plan aprobado sólo supondrá un mínimo recorte, según decidió el canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, tras tensas negociaciones con sus ministros de Economía y Medio Ambiente en la noche del lunes al martes. A las cerca de 2.400 plantas industriales alemanas que emiten dióxido de carbono se les asignarán derechos de emisión por 503 millones de toneladas, hasta 2007. En la actualidad, el sector emite 505 millones. Entre 2008 y 2012, el cupo se reducirá a 495 millones de toneladas. El Gobierno había acordado una reducción mayor, pero el ministro de Economía, Wolfgang Clement, opuso una férrea resistencia y logró el respaldo del canciller.

Críticas en Alemania

El acuerdo fue saludado por las patronales, pero duramente criticado por organizaciones ecologistas, que acusaron de dar su brazo a torcer al ministro de Medio Ambiente y miembro de Los Verdes, Jürgen Trittin. Molesto también por otros asuntos, el socialdemócrata Clement había llegado al extremo de amenazar con su dimisión en caso de que en la asignación de derechos no se tuvieran más en cuenta los intereses empresariales.

Alemania, hasta 2012, debe reducir en un 21% sus emisiones de dióxido de carbono respecto a 1990. Gracias también a la rápida desindustrialización de la antigua República Democrática Alemana (RDA), el país ya ha recorrido un buen trecho al reducir sus emisiones un 19%. El 2% restante supone la necesidad de ahorrar 17 millones de toneladas de dióxido de carbono adicionales hasta 2012.

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