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Reportaje:

Buenas señales de humo

Los 'pubs' de Irlanda afrontan con optimismo el primer día de la prohibición de fumar

"El primer día no ha sido tan malo, pero no faltan los empedernidos, los verdaderos adictos que lo llevan peor, hombres de entre 55 y 70 años que no saben cómo tomarse una pinta sin encender un cigarrillo", explicaba ayer Val Hanley, propietario del pub The Twelve Pins (Los Doce Picos), en Galway, al oeste de Irlanda.

Los más de 10.000 pubs irlandeses, así como los bares y restaurantes de todo el país, afrontaron ayer con buen tono la entrada en vigor de la nueva ley que prohíbe fumar en casi todos los lugares de trabajo. La coherencia ha llevado al Gobierno de Dublín a extender la prohibición del tabaco a los pubs y restaurantes, ya que éstos son el lugar de trabajo de decenas de miles de camareros que, de otro modo, seguirían siendo fumadores pasivos a la fuerza.

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"El problema", sigue explicando Hanley, "es que esta mañana teníamos aquí dos o tres clientes entrados en años, como suele ocurrir todos los días, y normalmente se hubieran bebido cuatro o cinco pintas a lo largo de la mañana, pero esta vez se han ido después de la segunda. Así es como tendrá efecto la prohibición. Como suele decirse, es difícil enseñar trucos nuevos a un perro viejo". Para Hanley, sin embargo, la contradicción inherente a la ley es que los pubs y bares del país que tienen espacio y recursos para hacerlo están construyendo habitáculos para los fumadores, "y eso contradice el espíritu de la ley, que es ayudar a la gente a dejar de fumar", argumenta el propietario, ex alcalde de Galway y miembro de la Federación de Vinicultores de Irlanda.

"Sin incidentes", es la expresión usada por Rita Barcoe, del Hotel Paramount de Dublín, para describir el primer día de prohibición en la república. Con las campanadas de la medianoche del domingo, todos los fumadores apagaron debidamente sus colillas mientras el personal retiraba los ceniceros de las mesas. La mayor parte del público estaba de ánimo optimista en el primer día de aplicación de la ley. Los que se proponen dejar el hábito saludaban la introducción de la norma. "Pero eso es el primer día", advierte Barcoe. "Espera a que el síndrome de abstinencia aparezca esta semana o la que viene, y la historia será muy distinta".

El tiempo se mostró amable con los fumadores que se avinieron a trasladar su hábito al exterior. "Tenemos 11 grados en Dublín, así que fumar fuera es soportable", dice Barcoe. "Sólo espero que siga así el resto de la semana".

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