Blanco recuerda a los socialistas catalanes que la única reforma constitucional será para el Senado
Marín deja la ejecutiva del PSOE para favorecer su imparcialidad como presidente del Congreso
La única reforma de la Constitución que tiene prevista el próximo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que afecta a las autonomías se refiere sólo al futuro del Senado, con una mayor presencia de todas las comunidades. "El programa es nuestra guía", señaló ayer José Blanco, secretario de Organización del PSOE, al ser preguntado por la sugerencia del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, de que ahora puede "releerse" la Constitución. "La única reforma constitucional del programa se refiere al artículo 69 para hacer del Senado una Cámara territorial", precisó.
La otra reforma de la Constitución que pretende promover el PSOE se refiere a la sucesión de la Corona, para eliminar la prioridad de los hombres respecto a las mujeres. Pero Blanco dejó claro ayer que la Constitución no se tocará durante el mandato socialista para otras cuestiones relacionadas con la ampliación de competencias de las autonomías o la mejora de su autogobierno.
Por otra parte, el futuro presidente del Congreso, Manuel Marín, hizo ayer un gesto para indicar que quiere ejercer su puesto con la máxima imparcialidad posible. Marín ha dimitido de la ejecutiva federal de su partido donde es responsable de la Secretaría de Política Internacional. Le sustituirá Trinidad Jiménez, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, hasta el congreso del partido en julio.
También Carme Chacón decidió dejar la portavocía del partido ya que será vicepresidenta primera de la Cámara baja y será sustituida por José Blanco, quien desde ayer tiene el encargo de preparar las elecciones europeas de junio y el XXXVI congreso federal del PSOE, previsto para julio.
La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE se reunió ayer, presidida por José Luis Rodríguez Zapatero, para seguir dando pasos en la toma del poder de los órganos que les corresponden al haber ganado las elecciones. También para preparar el congreso del partido, previsto para primeros de julio y las elecciones europeas de junio.
Pero quien ha querido hacer el gesto más elocuente ha sido Manuel Marín, presidente del Congreso de los Diputados a partir del próximo viernes, que abandona su condición de miembro de la dirección del PSOE y responsable federal de Política Internacional, como primer paso del perfil "imparcial" que quiere tener al frente del Congreso. En el programa electoral socialista y dentro del apartado referido al Reglamento del Congreso figura "el estatuto de imparcialidad" de la presidencia del Congreso. La ex diputada Rosa Conde, con la colaboración del también ex diputado Joan Marcet, han dejado para sus compañeros un texto de reglamento íntegro y listo para aplicar si el resto de los grupos parlamentarios lo aceptan.
A Marín le sustituirá en la Secretaría de Política Internacional su predecesora, Trinidad Jiménez, miembro de la ejecutiva y portavoz municipal en Madrid. Esta interinidad llegará hasta el próximo junio, cuando se celebre el XXXVI congreso del PSOE y se elija nuevos miembros de la ejecutiva.
La máquina electoral e interna del PSOE tiene que volver a ponerse en funcionamiento, tras las elecciones generales, para la preparación de las elecciones europeas, y después para el congreso de primeros de julio. La candidatura para las europeas la encabezará José Borrell, tal y como propondrá a las federaciones la ejecutiva federal. La confección al completo de la lista se hará entre el 15 y el 30 de abril con propuestas de las federaciones. Un grupo de expertos en política internacional, encabezados por Carlos Carnero, elaborarán el Manifiesto Electoral. En breve, otro equipo empezará la elaboración de la ponencia-marco para el congreso, con dos textos básicos: el papel del socialismo en el siglo XXI y el PSOE en la España de hoy.
Partido y Gobierno
De ese congreso saldrá un mecanismo de coordinación entre el partido, el grupo parlamentario y el Gobierno de manera que la organización no quede diluida en favor del Ejecutivo. Esta situación ya se dio en tiempos de los anteriores gobiernos socialistas y después hubo arrepentimiento por haber dejado la actividad del partido bajo mínimos. La intención es seguir el ejemplo del PP, que durante sus años de mandato mantuvo muy viva la organización, singularmente desde que asumió la secretaría general Javier Arenas.
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