Europa, atenazada
Los brutales atentados del 11-M han vuelto a encender las alarmas en todo el mundo. Los temores a nuevos atentados están presentes en las principales plazas bursátiles, que han perdido las subidas desde principios del año. Ha vuelto a escena, y con fuerza, el llamado "riesgo geopolítico". Los analistas económicos se han apresurado a evaluar su incidencia sobre el escenario de actividad económica. Todos, dentro de la prudencia, parecen estar de acuerdo en que el impacto será asimétrico en ambos lados del Atlántico, con un efecto inapreciable en Estados Unidos y algo más acusado en Europa.
Así, si se mira por el retrovisor de la historia reciente (11-Septiembre), no es difícil aventurar que en el corto plazo se registre una caída de las confianzas en Europa, tanto de los empresarios como de los consumidores, cuya duración será transitoria, y cuya consecuencia será la rebaja de algunas décimas en las expectativas de crecimiento. Sin embargo, el 11-M es un acontecimiento más que viene a acentuar la débil coyuntura de la economía europea, según se desprende de los últimos indicadores disponibles.
La fragilidad de la recuperación y la previsible caída de la confianza tras el 11-M podrían inclinar al BCE a reducir sus tipos de interés
En medio de este contexto, los datos de inflación en la Unión Económica y Monetaria (UEM) parecen no ser un problema. Coyunturalmente se sitúan en el 1,6%, pero no son tan satisfactorios si se atiende a sus componentes subyacentes, que se sitúan en el 2,1%. Con ello, las expectativas para los próximos meses señalan que la inflación rebasará el objetivo del 2% del Banco Central Europeo, aunque en el medio plazo parecen estar contenidas por debajo de dicho umbral. Los altos precios del petróleo y del resto de materias primas se mantienen como un riesgo latente al alza para los precios, aunque de momento no son una preocupación, dada la fortaleza del euro.
En consecuencia, la ausencia de presiones inflacionistas que hagan temer un desborde del objetivo de inflación a medio plazo, parece inclinar la preocupación del Banco Central Europeo hacia el crecimiento. La fragilidad de la recuperación europea y la previsible caída de las confianzas derivadas del 11-M podrían apoyar que la autoridad monetaria esté barajando reducir sus tipos de interés de referencia.
José Félix Izquierdo es economista del Servicio de Estudios de BBVA.