La UE debate las opciones para pactar la Constitución en junio

"Ha quedado claro que, cuando quiere, Europa se mueve". El canciller alemán, Gerhard Schröder, cerró así la pasada cumbre que ha puesto punto final al bloqueo del proyecto de Constitución, pero que ha significado también la reapertura de unas complejas negociaciones que deben acabar el 17 y 18 de junio, como muy tarde. El actual presidente de la UE, Bertie Ahern, reiteró que la pelea se centrará en el nuevo reparto de poder que Europa no ha sabido o querido pactar. Ahora, añade, "hay motivos para creer que se puede llegar a un acuerdo global aceptable para todos".

"Hoy ya podemos acometer ese desafío", ha dicho el presidente francés, Jacques Chirac. Ha sido el eje franco-alemán el máximo defensor del proyecto constitucional que empezó a elaborarse en marzo de 2002 en la Convención presidida por el francés Valéry Giscard d'Estaing y que entró en vía muerta en diciembre por la negativa del español José María Aznar y del polaco Leszek Miller a renunciar a la elevada cuota de poder que sus países lograron con el Tratado de Niza en 2000. Los dos rechazaban de plano el sistema de doble mayoría de Estados y población como fórmula para tomar decisiones en el Consejo de la Unión.

Aznar y Miller (el primer ministro polaco anunció el viernes su dimisión el 2 de mayo) han asistido esta semana a su última cita europea y la actitud de sus países será ahora radicalmente diferente. "Me alegro de que los dos países que estaban en contra de la doble mayoría estén ahora dispuestos a aceptarla", señaló el viernes un satisfecho Schröder, quien ve por fin despejado el camino para que Alemania, con 82 millones de habitantes, se distancie de todos a la hora de repartir el peso de cada cual en el Consejo de la Unión. Los atentados del 11-M y el vuelco electoral en España han sido los factores clave en ese cambio de actitud. Como lo ha sido la actitud de Francia, que ahora, y no en diciembre, está dispuesta a negociar. Quizás por eso Schröder agradeció a Chirac el viernes "el histórico mérito" de permitir que Berlín pese más que París en el futuro.

Pero las dificultades a superar son complejas, y además las negociaciones oficiales con el próximo presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, no podrán comenzar hasta que se forme el nuevo Ejecutivo y se celebre la primera reunión formal con el irlandés Ahern, prevista en Dublín según anunció el actual presidente de la UE. De acuerdo con los informes presentados en la cumbre y, a la vista de las opciones y declaraciones de los últimos días, son éstos los principales problemas y sus hipotéticas soluciones.

- Votos en el Consejo. A partir del sistema de la doble mayoría, Ahern considera que es factible un acuerdo equilibrado. Las decisiones en el Consejo, dice el proyecto constitucional, serán válidas cuando sean apoyadas por una mayoría de Estados, más del 50%, que representen al menos al 60% de la población de la UE. Con esta combinación, sólo tres Estados, si uno de ellos es Alemania, podrán bloquear cualquier acuerdo de los demás. A su vez, la mitad más uno de Estados pequeños también podrían bloquear, aunque representen un bajo porcentaje de población (el 11% en el caso más extremo en una UE de 27 Estados).

Para solventar ese tipo de problemas, ya se han puesto en circulación otras alternativas y el 50%-60% ya no es una referencia inamovible. 55%-55% es una opción sobre la mesa, pero no les gusta ni al Reino Unido ni a Francia; otras son 55%-65%, 55%-64% o 50%-66%. Esta última es la que Aznar estaba dispuesto a negociar en último término. Cuanto más elevado el porcentaje de población, más favorecidos resultarán los grandes a la hora de poder bloquear. Y cuanto más elevado el porcentaje de países necesario para tomar decisiones, más fácil será para los pequeños establecer alianzas de bloqueo. Pero, a la vez, se fijarían unos elementos correctores para ambos techos: ningún grupo de países podrá bloquear decisiones si no representa al menos un mínimo de población (se cita entre el 15% y el 20%); y se fijará una cifra mínima de países (cuatro o cinco) para poder ejercer el bloqueo. Es el sistema de "doble llave", complejo y enrevesado, lo contrario de lo que buscaba Giscard.

- Comisión. Hoy, cada país tiene un comisario (los cinco grandes, dos). El proyecto constitucional prevé que sólo haya 15 comisarios elegidos por rotación igualitaria entre países en cada legislatura. Los países pequeños, y sobre todo los 10 candidatos que entran el 1 de mayo, exigen que haya uno por país. Los grandes prefieren una Comisión reducida. Ahern opina que "pueden conciliarse ambas perspectivas". ¿Cómo? Manteniendo uno por país hasta 2014 y, a partir de ese año, una Comisión reducida. Como París, Berlín o Londres no admiten una rotación totalmente igualitaria, equiparándose a Malta o a Lituania, proponen varias vicepresidencias con potentes competencias que estarían controladas por los grandes.

- Parlamento Europeo. Malta, el país más pequeño de la futura UE que se formará el 1 de mayo, tendrá sólo tres escaños de un total de 736, según el proyecto constitucional, pero exige, como los otros menos poblados, un mínimo de cuatro asientos. "Será posible", cree Ahern, pactar ese "leve incremento". Pero no dice nada de la aspiración del PSOE español de recuperar algunos de los 14 escaños que España perdió en Niza (hoy tiene 64).