Latinoamérica espera más sintonía con Zapatero
El regreso del PSOE al Gobierno coincide con un giro hacia la izquierda en los países del Cono Sur
El regreso del PSOE al Gobierno coincide con un giro hacia la izquierda en la mayoría de países del Cono Sur. Brasil, Argentina, Chile y, probablemente, Uruguay tras las elecciones de octubre están gobernados por presidentes que tienen más puntos en común con José Luis Rodríguez Zapatero que con su antecesor. Respecto a los países del norte y Centroamérica, hay división de opiniones: Cuba y Venezuela festejaron la derrota del Partido Popular; los presidentes, conservadores, de Colombia, Perú y El Salvador, la sienten, y México la asume porque los lazos bilaterales son sólidos y de Estado. Según Rodríguez Zapatero, Aznar olvidó a América Latina, que volverá a ser prioritaria.
El presidente colombiano hubiera preferido el triunfo del Partido Popular
Argentina no oculta que, políticamente, se siente más cómodo con el líder socialista
Nadie espera cambios sustanciales en la política española en América Latina, especialmente en el terreno económico, pero testimonios recogidos en varias capitales del Cono Sur vaticinan una excelente predisposición hacia el gobierno del líder socialista.
Todas las fuentes consultadas coinciden en que las enormes inversiones españolas en sectores estratégicos como energía y telecomunicaciones son de largo alcance, por lo que no cabe poner en duda su continuidad. Hay que recordar que el boom inversor español en América Latina comenzó en el Gobierno de Felipe González. Otra cuestión bien distinta es la sintonía o la "química" que pueden tener los líderes latinoamericanos con José María Aznar y Rodríguez Zapatero. El Gobierno argentino, por ejemplo, no oculta que, políticamente, se siente más cómodo con el líder socialista. El analista Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, subraya que en Buenos Aires fue muy bien recibido el espaldarazo que como presidente electo dio Zapatero a Argentina y a la región latinoamericana.
Brasil ha mantenido la cortesía diplomática con el perdedor de las elecciones españolas, pero no ha dejado dudas de que el Gobierno encabezado por el Partido de los Trabajadores (PT) sintoniza mejor con el PSOE. "Teníamos buenas relaciones con el Gobierno de Aznar. Fue correcto y buscó una alianza estratégica con Brasil", dice Marco Aurelio García, asesor del presidente Lula da Silva en política internacional. "Creo que vamos a tener buenas relaciones con Zapatero. Hizo una excelente campaña invocando la cercanía con América Latina y con Lula". Las relaciones entre el PSOE y el PT se remontan a años atrás, aunque Zapatero y Lula sólo se han reunido en dos ocasiones.
En Chile, la victoria de Rodríguez Zapatero fue sentida como propia por el ala izquierda de la Concertación, la alianza de socialistas y demócratacristianos que gobierna en Chile desde 1990, informa Manuel Délano. El presidente chileno, Ricardo Lagos (socialista) estima que el próximo gobierno que encabezará Zapatero abrirá una "etapa distinta" en política exterior.
Lagos ha aprovechado el veredicto de las urnas en España para poner de relieve la necesidad de cambiar el sistema electoral imperante en Chile (binominal). El porcentaje de votos que obtuvieron el PSOE y el PP se habría traducido en un idéntico número de diputados si España tuviera un sistema electoral binominal en lugar de proporcional, declaró Lagos en una entrevista.
Los presidentes de Perú y Colombia son los que peor han encajado la derrota del PP. No en vano son los mejores aliados del presidente George Bush en América Latina, cuya concepción del mundo sintoniza con la de Aznar. El peruano Alejandro Toledo pasó de buscar una tercera vía en los Andes en los primeros compases de su gobierno, a un giro que le acercó a líderes como Aznar y Chirac. Con Bush siempre hubo proximidad.
En los círculos empresariales españoles de América Latina el tema del día tiene que ver con los eventuales cambios en la cúpula de las principales empresas. ¿Qué pasará con la presidencia de Telefónica, de Repsol, de Endesa? Abundan los rumores de cambios, lo que intranquiliza a más de un ejecutivo, cuyo futuro en la región parece hoy más incierto que ayer. "Ahora son todos socialistas de carné de la primera hora. Vamos a ver muchos cambios de chaqueta", comenta gráficamente un buen conocedor del medio empresarial español en Buenos Aires.
Mientras que Cuba y Venezuela festejaron la derrota del Partido Popular, los presidentes, conservadores, de Colombia y El Salvador, la sienten, y México la asumió porque los lazos bilaterales son sólidos y de Estado. Según Zapatero, Aznar olvidó a América Latina, que volverá a ser prioritaria.
El irrestricto apoyo del gobierno de Madrid a la invasión de Irak supuso un punto de inflexión en las relaciones de España con América Latina porque la mayoría de los ejecutivos y el grueso de sus sociedades, en las que el histórico intervencionismo gringo todavía desata pasiones, se manifestaron en contra o pugnaban por evitar la cruzada contra Sadam aunque sin enfadar al imperio. A partir de su alianza con la Casa Blanca, el acompañamiento de Aznar incomodó a muchos. El enfoque de Zapatero, independencia sin enfrentamiento, será de difícil aplicación, y coincide con el grueso de los gobiernos latinoamericanos: interesados en una civilizada convivencia con el poder de Estados Unidos.
"Hemos mantenido una estrecha colaboración con los gobiernos del Partido Popular así como los socialistas de Felipe González", resumió el ministro de Relaciones Exteriores mexicanos, Luis Ernesto Derbez. Todo iba sobre ruedas hasta que el pasado 20 de febrero, José María Aznar, desoyendo los consejos de quienes le advertían sobre la inconveniencia de la iniciativa, viajó a México para persuadir a su presidente, Vicente Fox, de que apoyara la invasión de Irak. "Bastante tenemos con aguantar las presiones de Bush al respecto para que venga ahora Aznar a echarle una mano y ponernos en aprietos", dijeron entonces fuentes oficiales. El recibimiento fue frío.
El gobernante español prosiguió su viaje hacia el rancho de Bush, en Tejas, sin haber convencido a Fox y dejando tras de sí una avalancha de críticas. México no espera sorpresas con Rodríguez Zapatero, los inversionistas españoles, que controlan los primeros bancos nacionales, tampoco, y previsiblemente las relaciones bilaterales continuarán fluidas. México no olvida el apoyo español durante la negociación del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, ni España, la colaboración antiterrorista. Desde el año 1994, México entregó a España a 26 presuntos miembros de ETA y extraditó a uno, Oscar Cárdenas, en el año 2000. La izquierda mexicana festejó la victoria del líder del PSOE porque, entre otros, le suponen una mayor preocupación social.
"No se puede engañar a la gente como se hacía en otras épocas", afirmó el jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, primero en las encuestas previas a las generales del 2006, al atribuir la derrota del candidato del PP, Mariano Rajoy, al manejo de la información sobre los atentados del 11-M. "Me da mucho gusto que regrese un partido de izquierda a España porque va a hacer un buen trabajo". De todas formas, el acceso de Aznar a la Casa Blanca fue cortejado por naciones, fundamentalmente centroamericanas, sin peso específico para influir sobre Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito, sensibles a las indicaciones de Washington.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, ideológicamente cercano a Aznar, hubiera preferido el triunfo del Partido Popular, porque su política de mano dura contra el terrorismo guerrillero ha sido secundada activamente por Madrid. Existen dudas sobre el grado de compromiso del presidente electo español en ese asunto. Bogotá sostiene que la compra de más de carros de combate AMX-30 y otro material bélico a España no tiene vuelta atrás pese al triunfo socialista. "Es un negocio hecho y no tiene reversa", subrayó el ministro de Defensa, Jorge Alberto Uribe. La venta fue anunciada en febrero por Aznar, durante su visita a Colombia.
La reacción de Venezuela, cuyas relaciones diplomáticas con España son malas, fue de alivio porque Aznar fue "uno de los más agresivos y violentos adversarios del presidente Hugo Chávez", según el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel. El gobernante español fue "un factor que participó en el golpe de abril" de 2000 y en la huelga petrolera de diciembre de ese mismo año, afirmó Rangel. El Salvador, en la antípoda, pierde con la victoria del PSOE porque el presidente saliente, Francisco Flores, era amigo de Aznar, y el ganador de las generales de la semana pasada, Antonio Maca, pertenece al partido de Flores: la derechista Alianza Republicana (ARENA), que ganó las elecciones agitando el fantasma del comunismo, supuestamente encarnado por el aspirante del Frente Faranbundo Martí para la Liberación Nacional (FFMLN).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.