Interior defiende su sistema de voto electrónico pese a las críticas en la UPV
El PP cuestiona el sistema, que Balza quiere aplicar en 2005
El catedrático Francisco Doñate cuestionó ayer el sistema de voto electrónico utilizado en la elección a rector de la UPV, a la que era candidato, al no permitir un recuento manual del escrutinio, ya que las papeletas se destruyeron tras el recuento. Nadie ha impugnado la votación, pero el PP quiere que el consejero de Interior, Javier Balza, explique el sistema Demotek, que quiere aplicar a las autonómicas de 2005.
Ninguno de los candidatos a rector derrotados en la primera vuelta ha impugnado los resultados de las elecciones en la Universidad, aunque uno de ellos, Francisco Doñate, dijo ayer que hay "muchos motivos" para hacerlo. Quien sí cree que las elecciones deberían repetirse es el PP, que ha pedido una comparecencia urgente en el Parlamento del consejero de Interior, Javier Balza, para que explique los problemas habidos con el sistema Demotek de voto electrónico, que el Gobierno quiere utilizar en los comicios autonómicos del año que viene y que ha usado esta elección como banco de pruebas. Interior defendió el perfecto funcionamiento del sistema Demotek, consistente en que la urna electrónica lee el voto en el momento en que se introduce y facilita el escrutinio apenas después de cerrarse las elecciones. El departamento atribuyó su cuestionamiento a lo disputado de la votación y entendió que las dudas sembradas sobre él "sólo pretenden un interés mediático". Doñate aseguró que el sistema electrónico produjo "numerosas incidencias", que fueron conociéndose conforme llegaron las actas de la comisión electoral con posterioridad. Para aclararlas, sería preciso el conteo manual, pero los votos ya no están.
Tanto Doñate como el vicerrector de Álava en funciones, Antonio Rivera, coincidieron en señalar que el procedimiento adoptado para una eventual comprobación posterior de resultados resulta cuestionable, aunque el responsable del campus alavés reconoció que lo que debió impugnarse en su día fue el reglamento por el que se ha regido el escrutinio.
Lo que se cuestiona es, en concreto, la destrucción in situ de las papeletas, en el caso de que no se produzcan impugnaciones en el mismo momento del recuento. Esta destrucción convierte en estéril el plazo posterior para efectuar reclamaciones, que vencía a las 13 horas de ayer, puesto que las papeletas ya no existen y toda comprobación resulta imposible.
"Si ya no hay votos, ¿de qué nos sirven impugnar?, indicó en declaraciones a Vasco Press el profesor Doñate, que quedó en tercer lugar, a medio punto del segundo. Doñate aclaró que de todos modos no lo haría, para que nadie lo interprete como "una pataleta" por no haber pasado a la segunda vuelta. Tal y como señaló Antonio Rivera, es el reglamento de la votación, aprobado el 3 de febrero por el consejo de gobierno de la UPV, lo que debió ser objeto de impugnación en su momento. El pocedimiento indica que, una vez leído el resultado del escrutinio por el presidente de cada mesa, debbía en ese momento plantearse las disconformidades y, de ser aceptadas, procederse a un recuento manual de los votos con un aparato que lee con luz ultravioleta el contenido sin necesidad de abrir el sobre.
Si nadie solicita ese conteo añadido, el reglamento ordena destruir las papeletas en el acto "en presencia de los concurrentes", el presidente, vicepresidente y vocales de la mesa, así como los interventores de las candidaturas. Sin embargo, sólo dos de los siete candidatos disponía de interventores en todas las mesas.
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