La ex secretaria de Estado Albright asegura que Clinton ordenó matar a Bin Laden
La comisión que investiga los atentados del 11-S critica los fallos de los Gobiernos de EE UU
La Comisión que investiga los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington cree que la decisión de utilizar medios diplomáticos contra Al Qaeda, en lugar de militares, permitió que el grupo pudiera organizarse y preparar sus acciones. El secretario de Estado, Colin Powell, aseguró que este Gobierno tardó en tener un plan antiterrorista porque "queríamos destruir a Al Qaeda". Y Madeleine Albright, ex secretaria de Estado, dijo que Clinton "ordenó el uso de fuerza letal" contra Bin Laden.
Powell reconoce que la guerra de Afganistán no ha reducido la amenaza terrorista
Según el informe provisional de los diez miembros que forman la comisión independiente, las gestiones diplomáticas, advertencias y sanciones de los últimos nueve años para tratar de eliminar la amenaza terrorista "fracasaron". Sin echar la culpa a nadie y extendiendo la responsabilidad a esta Administración y a la anterior, la comisión cree que se tardó demasiado en que los altos cargos -excluyendo los especialistas en terrorismo- asumieran que el peligro era superior a lo que representaba una sola persona, Osama Bin Laden. En palabras del presidente de la comisión, Thomas Kean, a la CBS, "si una serie de circunstancias hubieran sido diferentes, quizá se podría haber evitado el 11-S". Entre ellas, Kean habló de deficiencias en los controles de inmigración y los servicios de espionaje.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, pronosticó ante la comisión que "habrá otro atentado contra EE UU" y, como se esperaba, negó haber tenido ningún dato anterior al 11-S que permitiera anticipar lo que se avecinaba. En todo caso, el secretario de Defensa añadió que "matando a Bin Laden no se hubiera evitado el 11-S". Bush dijo desde la Casa Blanca: "Si hubiéramos tenido alguna información de que los terroristas iban a atacar Nueva York, habríamos actuado".
En la apertura de las dos sesiones dedicadas a escuchar el testimonio de representantes del anterior Gobierno y del actual, Madeleine Albright se batió para defender lo que hizo la Administración de Clinton. Después de los atentados contra sus embajadas en Kenia y Tanzania, EE UU lanzó misiles contra bases de Al Qaeda en Afganistán: "No debería haber ninguna confusión, nuestra gente estaba autorizada para matar a Bin Laden. No lanzamos los misiles de crucero para presentarle los papeles de una citación judicial", dijo la ex secretaria de Estado, que reiteró: "El presidente Clinton ordenó el uso de fuerza letal y pidió al Pentágono que le presentara diversas opciones en cuanto al uso de Fuerzas Especiales. Hasta donde yo se, no quedó opción fuera de la mesa". Lo que falló, dijo Albright, fue la información. "Si hubiéramos tenido la información que necesitábamos, lo hubiéramos hecho, y yo lo habría respaldado sin ninguna duda".
Poco después, William Cohen, el último secretario de Defensa de Clinton, concretó que fueron tres las veces en las que se estuvo a punto de intentar matar a Bin Laden en Afganistán, y que no se hizo por información insuficiente y por miedo a matar civiles: "Hubo tres ocasiones. En cada una estaban listas las municiones y las personas. Se anularon porque no estábamos seguros". Según la comisión, se estuvo a punto de actuar en diciembre de 1998, en Kandahar; en febrero de 1999, en Helmand, y en mayo del mismo año, también en Kandahar. Hubo otra posibilidad, dos meses después.
El secretario de Estado, Colin Powell, dijo también que la actual Administración ha hecho "todo lo posible" contra Al Qaeda y trató de contradecir las acusaciones de la respuesta tardía que hoy reiterará Richard Clarke, ex coordinador antiterrorista de la Casa Blanca. Powell aseguró que recibió la información sobre el grupo -pero no un plan global de lucha- cuatro días después de haber sido nombrado. "Lo que queríamos era ir más allá de la política de contención, persecución legal y reacciones limitadas a atentados terroristas concretos. Lo que queríamos era destruir a Al Qaeda". Un plan tan ambicioso, explicó Powell, exigía tiempo; cuando se estaba poniendo en marcha llegaron los atentados del 11-S. El secretario de Estado reconoció que las ofensivas militares y policiales contra Al Qaeda no han eliminado la amenaza terrorista contra objetivos estadounidenses.
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