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Reportaje:LA CULTURA DEL VINO

La bodega en casa

Ningún aficionado puede privarse del placer de cuidar sus vinos, siguiendo atentamente su evolución y almacenándolos en un lugar protegido de su propia vivienda. Los vinos sufren las conmociones del transporte y deben reposar un par de días en la cava antes de ser escanciados en la mesa.

La temperatura ideal para conservar el vino oscila entre los 10 y los 15ºC. Si se quiere mantener una enoteca en estado óptimo, hay que disponer de unas condiciones básicas. Es muy importante mantener las botellas en posición horizontal, proteger al vino de las variaciones térmicas (un máximo de 2ºC de fluctuación diaria). Deben evitarse la luz, los ruidos y los olores extraños, al igual que conviene que la humedad relativa del aire no sea inferior al 70%.

La costumbre de almacenar las botellas sobre los armarios de cocina o debajo de los fregaderos está muy extendida y tanto en un lugar como en el otro los cambios de temperatura son muy rápidos. En general, puede decirse que la cocina es el lugar más inadecuado para la conservación de los vinos, ya que éstos se contaminan con humos y olores. Asimismo, la bodega tampoco es compatible con la despensa, ya que los olores que despiden los alimentos, a través del corcho de la botella, entran en contacto con el vino.

Además, la bodega debe estar apartada de los ruidos; si la habitación habilitada para bodega es contigua al garaje, tendrá que estar lo suficientemente aislada de los ruidos y de las vibraciones que pueda producir el arranque del coche, así como de los olores a gasolina y combustión.

Ordene su bodega por zonas vinícolas, ya que cada región tiene un vino característico. Es mejor que los vinos singulares tengan su hueco independiente. Para que una enoteca comience a tener cuerpo se necesitarán de 100 a 200 botellas. A excepción de las grandes reservas, el buen aficionado deberá tener, como mínimo, seis botellas de cada marca y tipo. Se puede contar con un 50% de vinos tintos, un 35% de blancos y un 15% de espumosos, ajustándose a una gastronomía normal.

Cuando quiera adquirir los vinos, lo recomendable es dirigirse a una tienda especializada, dejarse llevar por las referencias que se tengan y catar el vino para tomar la decisión.

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No compre vinos que estén en el escaparate o a los que les lleguen rayos del sol, ya que el exceso de luz acelera el proceso evolutivo y le lleva a la oxidación. Cuidado con las botellas que rezuman por debajo de la cápsula, puede haber una fuga en el corcho que permite la entrada de aire y el vino puede estar oxidado.

Compruebe la añada de los vinos que compre y excluya las botellas que no lo indiquen en la etiqueta. Los cavas, los blancos, rosados y tintos jóvenes tienen que corresponder a la última cosecha, pues su vida suele ser muy corta y si son viejos habrán perdido todo su carácter y difícilmente ofrecerán virtudes.

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