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Maragall insta a los empresarios a ser "agresivos" y afrontar el mercado global

Las élites consideran que el túnel de Bracons es el anuncio de que "el presidente manda"

La reunión con Maragall, celebrada en la sede de Fomento del Trabajo Nacional y a la que tambien asistieron los miembros del equipo económico del Gobierno catalán -el consejero de Economía, Antoni Castells; el de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, y del de Comercio y Turismo, Pere Esteve-, se celebró sin un orden del día previamente fijado, porque el presidente prefería escuchar las opiniones de los empresarios. Durante las últimas semanas, Castells ha tejido el acercamiento entre las organizaciones empresariales y el nuevo Ejecutivo catalán.

Dificultades exportadoras

Uno de los ejes centrales del encuentro fue el comercio exterior y las dificultades con las que se encuentran los exportadores. En esta línea, Joan Canals, presidente de Pulligan Internacional, preguntó a Maragall qué piensa hacer con el Copca, el organismo de la Generalitat que apoya a los exportadores y a las empresas con implantación industrial en el extranjero. Maragall respondió con otra pregunta: "¿Usted qué propone que hagamos". A esta misma línea se sumaron representantes del sector exportador y del sector de la alimentación, quien expresó la preocupación por la revalorización del euro.

El representante de la construcción, Rafael Romero, presidente de la Cámara de Contratistas de Obra Pública, analizó los problemas de una actividad muy atomizada "en la que nacen y mueren un número muy importante de pequeñas subcontratistas sin apenas dejar un poso de valor añadido y en cambio reforzando el panorama de la precariedad laboral.

El presidente de la patronal Fomento del Trabajo, Juan Rosell, que ayer era el anfitrión del encuentro con Maragall, manifestó al término del acto: "Estamos ante una circunstancia histórica que no se daba desde 1977, en que las administraciones central, local y autonómica son del mismo color o de un color muy similar". "Esto quiere decir", añadió "que muchas de las trabas que había entre las distintas Administraciones no existirán a partir de ahora. Ello facilitará actuaciones importantes para el desarrollo de la economía y traerá beneficios para el conjunto de la ciudadanía".

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Valls, en la misma comparecencia posterior a la reunión, se refirió a las "importantes expectativas" que se abren en Cataluña tras la victoria del PSOE, teniendo en cuenta que los socialistas también gobiernan en la Generalitat y en instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona, en otras grandes ciudades catalanas y en la Diputación de Barcelona.

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Maragall respondió a estos buenos augurios de los empresarios abogando por que haya ministros catalanes y, por tanto, del PSC, pero advirtiendo con ironía sobre los comentarios elogiosos de los empresarios: "No son sólo para tirarnos florecitas, sino que después se acaba de tirar de la cuerda, porque ya sabemos que lo que hacen es darnos un voto de confianza y que después vendrán a pasarnos cuentas".Y agregó que él también espera de los protagonistas del mundo económico la implicación que ellos le piden a su Gobierno y al partido que ha ganado las elecciones.

Los asistentes a la reunión constataron que el presidente se ha puesto en marcha, que su decsión favorable a la "construcción del túnel de Bracons actúa como una clara señal hacia el mundo económico de que el Ejecutivo tiene un líder sólido, capaz de hacer frente a las opiniones de sus colegas de gabinete".

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