450.000 plazas para guarderías y ampliación del permiso por maternidad
La cima es alta. La realidad precaria, si se compara con las vigorosas políticas familiares europeas. Quizás por eso el apoyo a la familia ha sido uno de los ejes electorales socialistas. La familia como destinataria de la política social, por un lado. Y al mismo tiempo como espejo y expresión de esa política social.
Las prioridades, según fuentes socialistas, parten del hecho de que la política social y la familiar van unidas y se alimentan entre sí. Inspirado en el Plan del PSOE de ayuda a la familia, presentado el 20 de marzo de 2002, el programa electoral insiste en mejorar la situación de las familias, amortiguar los retos que pesan sobre ella y facilitar la conciliación de la vida profesional y personal y el cuidado de niños y mayores. Un esfuerzo que recae fundamentalmente en la mujer.
Los socialistas no hablan de reforzar a la familia, sino de respaldar a "las familias", sean del tipo que sean, en un sentido plural. En vez de hacer hincapié en ayudas fiscales o prestaciones directas, sus prioridades se centran en liberar a las familias, y en especial a la mujer, de las cargas que no asumen los poderes públicos. Una de las más ambiciosas es prestar apoyo a una de las hasta hace poco cargas más calladas: la dependencia de mayores, es decir, crear un sistema social de atención a la dependencia, con el compromiso de arranque de destinar 1.000 millones de euros a este objetivo. Los expertos socialistas consideran, además, que este tipo de prestaciones generará entre 300.000 y 500.000 empleos vinculados a la atención de mayores y discapacitados a lo largo de su desarrollo.
Otra de las propuestas estrellas del PSOE es fortalecer la red de atención infantil entre los 0 y tres años. Supondría la creación de unas 450. 000 plazas públicas para niños menores de tres años.
Una de las novedades es la implantación de un permiso de paternidad subjetivo e individual de dos semanas, además de las 16 semanas de maternidad que ambos padres pueden compartir. En esta línea, se contempla la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad en casos especiales: hijos discapacitados, partos múltiples o familias monoparentales. Igualmente, la posibilidad de prolongar los permisos fraccionando los periodos a los que se tiene derecho.
De lo que se trata es de tejer una malla social, hasta ahora muy precaria, que aligere la carga familiar. Baste recordar que mientras que en España sólo se dedica el 0,5% del PIB a prestaciones familiares, la media europea se sitúa en el 2,2%.
O dicho de otro modo: mientras que la prestación a las familias supone el 8,5% del gasto total como media europea, en España sólo representa 2,1% del gasto.
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