El vagón de los rumanos
PABLO X. DE SANDOVAL | Madrid
Apenas dos horas después de las explosiones del 11-M, sonó el teléfono del despacho de Nicu Stan, cónsul de Rumania en España, cuando estaba pendiente de las confusas noticias de primera hora. "Una mujer llamó a mi despacho y me dijo: '¡Ese tren va lleno de rumanos! ¡Ha explotado el tren de los rumanos!", contaba ayer. Cinco días después, sobre su mesa hay una lista con 11 muertos, que hacen de Rumania el segundo país más afectado por el 11-M, después de España.