Los empresarios esperan un nuevo modelo de plan hidrológico
La clase empresarial valenciana acogió ayer el vuelco registrado en las elecciones generales del domingo con relativa sorpresa, un aplauso unánime a la alta participación de los ciudadanos españoles y felicitaciones a José Luis Rodríguez Zapatero por su victoria en las urnas. "El pueblo es democrático", resumió Arturo Virosque, presidente de la Cámara de Valencia, "y cuando algo no le gusta lo cambia".
La confianza en la capacidad del futuro Gobierno para mantener las líneas maestras de una política económica eficaz era generalizada. Portavoces de diferentes asociaciones y sectores empresariales apuntaron, también, que no corresponde a la Administración crear empleo, sino a los emprendedores.
Cierval, la patronal autonómica, recogió en una nota la única preocupación común a toda la clase empresarial ante el vuelco electoral en el Gobierno: "Confiamos en que las inversiones estratégicas que están en curso para el desarrollo de la Comunidad Valenciana seguirán siendo prioritarias para el nuevo Gobierno". Una preocupación que se reduce al futuro del Plan Hidrológico Nacional.
Desaladoras
Cristóbal Aguado, de la Asociación Valenciana de Agricultores, recordó que el campo "necesita agua". Eloy Durá, de la Federación de Empresarios Valencianos de la Construcción, añadió que "el turismo reclama campos de golf". Y Arturo Virosque puso las cosas en su sitio: "A los socialistas no les gusta el proyecto del PP, pero vamos a ver qué proponen". Joan Brusca, de la Unió de Llauradors-COAG, deslizó la necesidad de "diálogo y negociación" para acordar un proyecto viable. Un promotor sugirió, a título particular, la posibilidad de "aplicar nuevas tecnologías para desalar el agua marina". Sólo José Rocamora, de la Confederación de Empresarios de la Provincia de Alicante, expresó una preocupación rotunda: "El PSOE no tiene un plan previsto para solucionar el abastecimiento hídrico a las zonas deficitarias. Se tendrá que tomar alguna determinación, porque la situación es insostenible".
El futuro de las obras de la línea de alta velocidad o las inversiones necesarias para albergar la Copa del América, sin embargo, no suscitan preocupación. Los empresarios coinciden en que el tren es bueno para España y que ningún Gobierno dejaría pasar el escaparate que supone la regata más famosa del mundo.
Zapatero sembró confianza, dice un empresario, cuando cerró su primera intervención el domingo por la noche: "A descansar, que mañana tenemos que trabajar mucho".
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