Cuatro atentados simultáneos causan una matanza en trenes de Madrid
Al menos 192 muertos y más de 1.400 heridos en el peor ataque terrorista sufrido en España - Interior atribuyó a ETA la masacre aunque después no descartó que pudiera ser Al Qaeda
Cuatro atentados simultáneos perpetrados en otros tantos trenes de cercanías que se dirigían ayer desde Alcalá de Henares, un municipio de la periferia de Madrid, hasta Atocha, en el centro de la capital, dejaron al menos 192 muertos y más de 1.400 heridos. Los terroristas habían colocado 13 bombas en los trenes con más de 100 kilos de explosivo. Diez de los artefactos explotaron entre las 7.35 y las 7.45 dejando un reguero de muerte en la línea ferroviaria. El Gobierno barajó desde el mediodía la hipótesis de que el atentado había sido obra de ETA. A las siete de la tarde, el ministro del Interior, Ángel Acebes, expresó algunas dudas tras revelar que habían encontrado en Alcalá de Henares una furgoneta robada con detonadores y cintas con versículos del Corán. Sólo unos minutos después, el diario árabe Al Quds Al Arabi comunicó que había recibido una carta en la que Al Qaeda reivindicaba el atentado.
El rey Juan Carlos apeló "a la unidad, la firmeza y la serenidad para defender la convivencia pacífica y democrática que garantiza la Constitución, por encima de las diferencias"
Los terroristas asesinaron ayer en Madrid al menos a 192 personas e hirieron a más de 1.400, al hacer explotar diez de las 13 bombas que ocultaron en mochilas y bolsas de plástico, con entre ocho y 12 kilos de dinamita cada una, y colocaron en cuatro trenes de cercanías que cubrían el trayecto entre Alcalá de Henares, municipio situado en el sureste de la región, y la estación de Atocha, en el centro de la capital. En los hospitales había anoche 44 heridos "en estado crítico" y otros 27 "muy graves".
La organización terrorista Al Qaeda reivindicó el atentado a través de una carta enviada ayer al diario árabe con sede en Londres Al Quds Al Arabi, órgano habitual de los comunicados de Al Qaeda. "Hemos logrado infiltrarnos en el corazón de Europa de las cruzadas, y golpear una de las bases de la alianza de las cruzadas", señalaba la misiva firmada por las Brigadas Abu Hafs Al Masri, que anteriormente habían reivindicado los atentados contra las sinagogas de Turquía y el perpetrado contra la ONU en agosto en Bagdad. El grupo terrorista denominó a la operación "los trenes de la muerte".
Desde primeras horas de la mañana, fuentes de la lucha antiterrorista en España consideraban que el atentado no era "del estilo" de los cometidos por ETA y que tenía que haber sido planificado durante al menos un mes por un grupo de entre 12 y 30 terroristas. Interior ha mantenido hasta ahora que la infraestructura de ETA en Madrid era mínima. Además, los criminales no avisaron previamente de sus intenciones mortales, como hace habitualmente ETA en sus atentados.
Pese a todas esas evidencias, el ministro del Interior, Ángel Acebes, despejó las dudas en una conferencia de prensa convocada a las 13.00: "ETA ha conseguido su objetivo. El Gobierno no tiene ninguna duda de que ETA esta detrás". Y añadió: "Es absolutamente intolerable cualquier tipo de intoxicación que vaya dirigida a desviar el objetivo y los responsables de esta tragedia", en referencia a las informaciones que apuntaban a grupos islámicos como autores del atentado.
Sólo siete horas después de esa declaración, el ministro volvió a comparecer ante los medios de comunicación y entonces admitió algunas dudas tras explicar que la policía había encontrado una furgoneta en Alcalá de Henares robada en Madrid el 28 de febrero pasado con siete detonadores "y cintas con versículos del Corán". El hallazgo del vehículo se había producido a las doce del mediodía. Acebes tampoco confirmó por la tarde que la dinamita era del tipo usado habitualmente por ETA, como se había informado por la mañana.
Todos los partidos políticos suspendieron la campaña electoral como consecuencia de la masacre en Madrid. El Gobierno del PP acordó con el PSOE convocar a los ciudadanos a una manifestación que tendrá lugar hoy a las siete de la tarde en toda España bajo el lema Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo. En diversos puntos del país se improvisaron concentraciones de condena al atentado. El Rey Juan Carlos suspendió todos sus actos y visitó a los heridos en los hospitales y a las familias de los muertos. El Ayuntamiento de Madrid y el Gobierno central decretaron tres días de luto oficial. Todas las comunidades se sumaron ayer a la convocatoria. Y miles de madrileños se lanzaron a la calle para auxiliar a los afectados por el atentado y formaron larguísimas colas para donar su sangre con destino a las personas ingresadas en los hospitales.
El presidente del Gobierno, José María Aznar, compareció ante los periodistas al mediodía tras reunir a su gabinete de crisis y leyó una declaración institucional: "El 11 de marzo ocupa ya su lugar en la historia de la infamia. No hay negociación posible ni deseable con estos asesinos. No debemos aspirar a nada que no sea la derrota total del terrorismo". En ningún momento empleó la palabra ETA.
Al menos nueve terroristas, según las primeras investigaciones del Ministerio del Interior, perpetraron la matanza indiscriminada de ayer al hacer explotar las bombas entre las 7.35 y las 7.45 de la mañana. Para su acción criminal eligieron uno de los momentos del día en el que los trenes van más cargados de viajeros, hasta el punto de que muchos vagones rebasan a esas horas su ocupación máxima. Los terroristas fijaron como objetivo de su matanza un corredor ferroviario -el correspondiente a la línea C-2 entre Guadalajara y Madrid- utilizado mayoritariamente por trabajadores, muchos de ellos inmigrantes, y universitarios. Interior llegó a distribuir ayer a media tarde las fotos de nueve supuestos autores de la matanza, todos ellos de ETA.
Esos terroristas, según la primera hipótesis policial, habrían subido a los cuatro trenes de cercanías para colocar los explosivos, que iban escondidos en bolsas de plástico y mochilas, y se bajaron antes de que las máquinas arrancaran desde Alcalá de Henares con destino a la estación de Atocha, en Madrid.
Una línea muy utilizada
Los cuatro trenes partieron de Alcalá entre las 7.00 (dos de ellos, que deberían llegar a la vez a Atocha) y las 7.15. El temporizador de cada bomba había sido activado para que la explosión se produjera apenas 35 minutos después de colocados los artefactos dentro de cada tren.
La línea ferroviaria donde atentaron ayer los terroristas es utilizada diariamente por 216.000 pasajeros que residen mayoritariamente en barrios obreros. En cada convoy viajan en las horas de más afluencia hasta 700 personas, a razón de 100 viajeros por cada vagón. Las explosiones afectaron a dos o tres vagones de cada convoy. La frecuencia de paso de los trenes en las primeras horas de la mañana es inferior a los tres minutos.
Entre los argumentos de la policía para atribuir el atentado a ETA figuraba el hecho de que esta organización terrorista proyectaba desde hace meses un gran atentado en Madrid. Primero lo intentó mediante la colocación de dos mochilas con 25 kilos de dinamita en el tren Intercity que salía de Irún el día de Nochebuena de 2003 a las 8.15 para llegar a la estación de Chamartín a las 15.25, donde debía explotar el artefacto sólo 30 minutos después. La policía impidió entonces la matanza, al detener a los dos terroristas que habían preparado el crimen y desactivar una de las mochilas-bomba que ya había sido colocada en el tren.
La Guardia Civil evitó más atentados en Madrid cuando interceptó el 29 de febrero pasado en Cañaveras (Cuenca) a otros dos etarras que trasladaban a la capital más de 500 kilos de explosivo en una furgoneta.
En ambos casos, sólo dos terroristas prepararon los atentados. En el ayer, hacían falta entre 12 y 30, según los expertos.
La masacre de los trenes se convirtió en el atentado más sangriento en la historia de España y uno de los mayores de Europa. La matanza de ayer equivale en víctimas a los asesinatos de ETA de los últimos 15 años. La banda terrorista había asesinado desde 1968 hasta ayer a 817 personas.
La secuencia mortal arrancó a las 7.40 en la estación de Atocha cuando hicieron explosión las tres bombas que los terroristas habían colocado en el tren estacionado en ese punto y que procedía de Alcalá de Henares. "Miré atrás y era como estar en la guerra", señaló uno de los supervivientes que viajaban en el convoy. Una enfermera que acudió en auxilio de las víctimas resumió así su impotencia: "Ví cadáveres con los móviles sonando, muchos jóvenes y niños...". Los servicios sanitarios rescataron del amasijo de hierros a 34 personas sin vida.
A sólo 500 metros de ese lugar, en otro tren con el mismo destino que circulaba junto a la calle de Téllez, una zona residencial del distrito de Retiro, explotaron cuatro bombas dentro de las vagones que causaron 64 muertos y escenas dantescas en la vía, donde numerosos viajeros se prestaban auxilio mutuo rodeados de cadáveres.
El reguero mortal continuó por la estación de Pozo-Entrevias, a poco más de 1.000 metros de la calle de Téllez, junto a uno de los barrios más humildes de Madrid. Aquí se produjó el atentado más sangriento de la mañana, con al menos 67 cadáveres. Dos bombas destrozaron el tren que en ese momento circulaba por el lugar.
A sólo unos cientos de metros, en la estación de Santa Eugenia, los criminales atacaron a un cuarto tren con otra bomba que causó 16 víctimas mortales. Otros nueve viajeros recuperados con vida en los distintos trenes murieron en el hospital.
Los 192 cadáveres que dejaron los atentados simultáneos en la línea C-2 fueron trasladados al pabellón número 8 de los recintos feriales de Madrid, situado en el Campo de las Naciones, un espacio de parques y edificios de oficinas junto a la carretera de Barcelona. Allí, la esperanza dejó paso al desaliento en cientos de familiares que acubieron en busca de los suyos.
Ochenta forenses de la administración de Justicia trabajaron en la identificación de los muertos, algunos de los cuales necesitarán la práctica de pruebas de ADN para precisar su identidad.
La Audiencia Nacional, encargada de la investigación de los hechos, activó el protocolo de grandes catástrofes que permite evitar la realización de las autopsias, preceptivas en toda muerte violenta, cuando las causas del fallecimiento son evidentes. De los 192 cadáveres trasladados al pabellón 6 de los recintos feriales, sólo habían sido identificados 40 hasta las 19.00 de ayer.
Todos los partidos políticos condenaron el atentado. El secretario general del PP y candidato a presidente, Mariano Rajoy, consideró "acabada la campaña electoral" como consecuencia del asesinato masivo perpetrado por los terroristas y reclamó la unidad de todos los partidos: "Es el momento de dejar de lado todas las diferencias y unir las voluntades de todos los españoles".
Su principal adversario electoral, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, coincidió en esta idea: "Pido a los españoles serenidad y unidad porque los asesinos quieren que perdamos la calma y enfrentarnos entre nosotros. Yo pediría a todos los ciudadanos que el próximo domingo, como reacción a ETA, hubiera una masiva participación en las urnas".
El Rey Don Juan Carlos apeló en su discurso televisado, en el que no citó a la banda terrorista ETA, a la "unidad, la firmeza y la serenidad" de todos los españoles para "que defiendan la convivencia pacífica y democrática que garantiza la Constitución, por encima de las legítimas diferencias de opinión".
En su declaración, el monarca señaló: "La barbarie terrorista ha sumido a España en el más profundo dolor, repulsa e indignación. Hombres, mujeres y niños, ciudadanos libres de todas las edades y ocupaciones, incluso de otros países, que se acercaban a sus destinos, escuelas y trabajos, se han encontrado brutalmente confrontados con la muerte y el sufrimiento. En estos trágicos momentos, quiero hacer llegar a las familias de las víctimas mi más profundo afecto y el de toda mi familia".
El lehendakari Juan José Ibarretxe consideró por su parte que los terroristas "están escribiendo su final, sus últimas páginas tristes y desgraciadas". Ibarretxe pidió por la mañana que no se utilice la violencia de ETA con fines partidistas. Su Gobierno decidió retirar del orden del día del pleno que celebrará el Parlamento vasco el próximo 15 de marzo la discusión del plan Ibarretxe. Ese día estaba previsto el debate y votación de las enmiendas a la totalidad presentadas contra el plan por PP, PSE y Sozialista Abertzaleak, antes Batasuna, el grupo parlamentario que nunca condena los atentados de ETA.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, trasladó a José María Aznar su condena "en los términos más enérgicos" del "horrible atentado" ocurrido en Madrid. El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, ofreció al Gobierno español ayuda para encontrar a los responsables de la masacre.
Gaspar Llamazares, coordinador general de IU, reclamó "una imagen común de unidad de todos los partidos ante la barbarie nazi que hoy ha cometido ETA".
El líder de Esquerra Republicana de Cataluña, Josep Lluis Carod Rovira, opinó que "no hay ni una sola idea política que se pueda defender con la violencia".
Los obispos también comunicaron su rechazo ante el atentado y expresaron que no es moralmente posible el trato político con ETA. El Papa también condenó el atentado a través de un telegrama firmado en su nombre por el secretario de Estado vaticano, cardenal Angelo Sodano. "Al conocer la triste noticia de los execrables atentados, que han causado tantos muertos y numerosísimos heridos, el Santo Padre reitera su firme reprobación de tales injustificables actos que violan el fundamental derecho a la vida y socavan la pacífica convivencia".
Pronunciamiento de la ONU
El Consejo de Seguridad de la ONU, en una iniciativa poco habitual, condenó ayer a ETA por considerarla responsable, como el Gobierno español, de los atentados de Madrid. John Negroponte, embajador de Estados Unidos ante la ONU, señaló: "Estamos satisfechos de que el Consejo haya actuado tan rapidamente. El Gobierno español considera que la acción tiene el sello de ETA porque habían tenido otras amenazas en las últimas semanas".
Sólo los portavoces de Batasuna, la formación ilegalizada por su vinculación a la banda terrorista, dudaron desde primera hora de la mañana de que los autores de la colocación de las bombas pertenecieran a ETA. Los dirigentes independentistas expresaron su "mas absoluto rechazo" por el asesinato y aclararon que no contemplaban "la más minima posibilidad" de que ETA hubiera cometido el atentado.
Los atentados de ayer desencadenaron una ola de solidaridad por toda la capital que alcanzó desde los ciudadanos que residen cerca del lugar de los atentados, que se echaron a la calle para auxiliar a los heridos, hasta a los madrileños que formaron inmensas colas para donar sangre en las seis unidades de urgencia repartidas por la ciudad.
La sanidad madrileña puso todos los medios de que disponía para hacer frente a la emergencia. No sólo hubo que atender a los más de 1.400 heridos sino a miles de personas que, angustiadas, acudieron a las puertas de los hospitales en busca de las víctimas. Todos los hospitales públicos suspendieron las intervenciones quirúrgicas programadas para dejar libres los quirófanos ante la avalancha de heridos.
La jornada de hoy estará marcada por las secuelas del atentado. La Conferencia de Rectores de las universidades públicas de Madrid decidieron ayer suspender las actividades docentes de hoy y de mañana. La Comunidad de Madrid, sin embargo, mantiene la actividad en los colegios e institutos.
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