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La fiscalía pide un informe psicológico de los menores que acusan a un cura de abusos sexuales

La Fiscalía de Madrid ha pedido que se elabore un informe psicológico sobre los dos menores que han acusado a un sacerdote de una parroquia de Madrid de haber abusado sexualmente de ellos entre los años 1998 y 2000. El objetivo del informe será analizar "el grado de credibilidad" de las versiones sobre los hechos que han aportado los menores en el Juzgado 21 de la plaza de Castilla. El informe psicológico fue solicitado recientemente por la fiscalía al juez instructor de las diligencias.

El juzgado investiga desde hace meses a un sacerdote de una parroquia de Madrid, que en la actualidad está jubilado -tiene 72 años-, por reiteradas agresiones sexuales contra dos menores, de 10 y 12 años, que fueron monaguillos de su iglesia algo más de dos años. Durante varios meses, el juez ha mantenido el secreto del sumario, reserva que ahora ha sido levantada.

El hecho fue denunciado inicialmente ante la Fiscalía de Menores de Madrid por los catequistas de la parroquia madrileña en la que estuvo destinado el cura, que se ha declarado inocente. Los catequistas han señalado que denunciaron los hechos ante "el encubrimiento y permisividad" con que actuaron los responsables de la jerarquía eclesiástica del arzobispado, tras ser informados fehacientemente por ellos de los supuestos abusos sexuales sufridos por los menores.

Recluido en un convento

El arzobispado de Madrid, cuyo titular es el cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Antonio María Rouco Varela, ha informado de que en ningún momento se ha encubierto este caso y que, nada más tener noticias del mismo a través de los padres de los menores, se adoptaron medidas cautelares contra el sacerdote: fue apartado de la parroquia en que estaba destinado y se le recluyó en un convento. Se le apartó de la parroquia para evitar que estuviese en contacto con las familias de los menores denunciantes.

El arzobispado ha manifestado que el asunto está sub iudice y que en todo momento dejó libertad de actuación a los padres de los menores. Desde el arzobispado se recuerda que los denunciantes de este caso -los catequistas- no están personados en las diligencias.

Fuentes jurídicas afirman que, en el supuesto de que la investigación determinase algún tipo de responsabilidad penal, el sacerdote, dada su avanzada edad, no ingresaría en prisión. "Sería condenado, pero inmediatamente se le concedería el tercer grado penitenciario y se quedaría en casa, aunque con algún tipo de medida judicial de control", señalan estas fuentes.

Recientemente, otro sacerdote de Madrid, de 70 años, fue condenado a 10 años de cárcel por la Audiencia Provincial de Madrid, por haber abusado sexualmente de una menor durante casi ocho años.

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