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Reportaje:

Inventos comestibles en Alimentaria

El salón ofrece una amplia variedad de novedades, desde embutidos 'verdes' y papillas para adultos hasta café de cebada

La primera sensación al acceder a cualquier carpa de Alimentaria, la feria de los alimentos y las bebidas que se celebra cada dos años en Barcelona, es de desbordamiento. La variedad de productos es amplia y obliga al visitante a ser selectivo o atropellado. Si opta por la primera opción, tiene tiempo de localizar rarezas, productos que intentan abrirse paso en el mercado español de la alimentación.

Una empresa navarra comercializa papillas dietéticas de sabores exóticos (paella, melocotón al vino, pollo al chilindrón) para adultos. Otra firma italiana promociona desde su caseta un sucedáneo de café elaborado con cebada. "Si los chinos comen arañas, ¿por qué no vamos a acostumbrarnos nosotros a esto?", razona, convencido, el representante de la marca, quien asegura también que en Italia la mitad del mercado cafetero lo copa esta bebida.

Los artículos biológicos se han convertido en alto valor añadido para todas las marcas, conscientes de que los consumidores los solicitan cada vez más. La multinacional suiza Nestlé anuncia a bombo y platillo sus nuevos yogures con el 80% de leche. Una pequeña central lechera de Madrid, Priégola, certifica que su bebida es natural al 100% y está elaborada con elementos que mejoran las defensas. Embutidos verdes, batidos que reducen el colesterol, verduras sin abonos químicos ni pesticidas. La lista es interminable, y todos se apuntan a ella.

Mundidulce, el salón de caramelos, pastelería y confitura, es la estrella de la feria y genera conflictos insalvables entre la vista y el estómago del espectador. Manda el tamaño: piruletas tan altas como una persona ("las tiendas sólo las encargan para lucirlas en sus escaparates", explica una azafata), balones de fútbol de chocolate y barras de chicle de un metro.

Los recintos de Montjuïc y Gran Via, sedes de Alimentaria 2004, están a una distancia de 2,5 kilómetros uno del otro. En el interior de cada uno de ellos, el ambiente es similar. En cada caseta, expositores de cualquier procedencia celebran conciliábulos ajenos al trajín. Una empresa mexicana negocia su implantación en Cataluña a través de una distribuidora madrileña. Un italiano y un belga se entienden chapurreando inglés. Quien se atreve con el precio de la entrada [unos 50 euros] se entrega con naturalidad al asalto de las degustaciones gratuitas. "Es que está todo muy bueno", comenta una jubilada que carga con varias bolsas de muestras.

Presencia internacional

En el pabellón internacional, el dominio de Italia es abrumador. Reino Unido, Francia y Alemania también destacan. La inventiva deja paso a la tradición. Cada país intenta convencer a los distribuidores extranjeros con productos más consolidados y prototípicos (cerveza de abadía belga, mozzarella italiana, té inglés).

La originalidad supera el ámbito de la comida y se traslada a los envases. La cervecera Águila anuncia que ha diseñado una botella "irrompible y que no deja escapar el gas". Una firma catalana, Ànec de l'Empordà, presenta foie-gras precortado. La malagueña Prolongo vende embutidos adaptados a la longitud de un bocadillo. El orujo de Ourense está equipado con tapón de corcho y sirvefácil.

Los españoles, pese a todo, se resisten a la innovación alimentaria más que el resto de europeos. Un estudio de la consultora IRI presentado ayer en Alimentaria concluye que sólo el 13% de los nuevos productos que aparecen en el mercado nacional se hace finalmente un hueco. Los niños tiran del carro: galletas, pastelería y bollería concentran las novedades. Entre 2002 y 2003, se presentaron en España 700 alimentos nuevos. El fracaso generalizado se debe, señala el informe, a la escasa inversión publicitaria, cuatro veces menor que en Inglaterra o Alemania.

Llet Nostra acapara el 5% del mercado lácteo catalán

La cooperativa Llet Nostra, integrada en Lleters de Catalunya, ha debutado con buen pie en el sector lácteo catalán. Desde su comercialización, en junio de 2003, los productos de Llet Nostra han conseguido acaparar el 5% del mercado, según informó ayer la cooperativa, que participa en Alimentaria a través del expositor de la Generalitat.

La marca, que incluye 10 variedades de leche, está presente en más de la mitad de las grandes superficies comerciales y "ha sido muy bien acogida por los consumidores". Los planes de Llet Nostra pasan por adquirir unos terrenos en Bescanó (Gironès) para construir una planta envasadora de más de 6.000 metros cuadrados. "Es la segunda fase de un proyecto para encabezar el mercado de leche líquida en Cataluña". La inversión será de 21 millones de euros.

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