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Reportaje:

Vicálvaro, emporio neolítico del sílex

El trazado de la M-50 podría ser modificado tras hallarse una mina con 2.600 pozos perforados hace 7.500 años

Madrid posee el vestigio minero del neolítico más grande de la Península, con 2.600 pozos de explotación de sílex a profundidades de hasta ocho metros bajo cota. Su existencia, que data de 7.500 años atrás, fue confirmada ayer por el responsable de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad, Javier Hernández.

Se trata de un yacimiento de sílex, cuya capacidad de ser aristado y su facilidad para ser pulimentado lo convirtieron en utensilio de caza, agricultura y trabajo en el periodo neolítico. Ocupa una extensión de al menos 7.000 metros cuadrados en el distrito municipal de Vicálvaro, al este de Madrid, en un lugar conocido como Casa Montero, donde está siendo excavado. En sus inmediaciones está siendo construida la vía de circunvalación M-50.

El hallazgo, localizado paulatinamente a partir de diciembre por un equipo de arqueólogos contratado por la Dirección General de Carreteras, se sitúa a menos de un kilómetro de la carretera M-45, desde donde no es visible. Consiste en algo más de 2.600 pozos, donde los moradores prehistóricos de tales parajes extraían sílice cristalizada. Con el sílex, tallado y manipulado con percutores de granito, cuarzita o madera dura, se construían sus utensilios de caza, como puntas de flechas, así como hoces para la siega.

"El yacimiento es, quizá, el más importante de los de su época prehistórica en el interior de la Península, y uno de los de mayor entidad de Europa", confirma Javier Hernández. "El próximo martes tendremos una reunión con el titular de la Dirección General de Carreteras, quien ha mostrado gran sensibilidad respecto a este asunto, con el deseo de que la zona de mayor densidad arqueológica del yacimiento sea respetada por el futuro trazado de la vía".

El sílex que se encuentra en ese predio llano, contorneado por pequeñas elevaciones del terreno, es de magnífica calidad y de distintas texturas. Muchos fragmentos de este material pétreo se ven desperdigados en grandes cantidades a ras del suelo, junto con piedra caliza de gran blancura y otros minerales.Las minas fueron excavadas con perfección por los hombres del neolítico y no todas las oquedades se hallan abiertas. Más de un centenar de ellas sí lo están, y las demás, que se caracterizan por el terreno cuarteado que las cubre, se ven numeradas con etiquetas amarillas allí colocadas por el equipo de arqueólogos que los descubrió, más una unidad de coordinación que dirige ahora Belén Martínez, responsable del departamento de Arqueología de la Comunidad de Madrid.

Según Hernández, "este yacimiento, por sus dimensiones, revela que la comunidad de pobladores que los explotaba era de un número sensiblemente superior al de otros enclaves neolíticos europeos, de población mucho más reducida", hecho éste que interpreta como de extremada importancia científica. Empero, pudo tratarse de una misma saga familiar dedicada a la extracción de sílex durante siglos en la cantera descubierta.

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El lugar donde han sido localizados los pozos se halla enclavado en la que fuera finca de Isidoro Montero Fischer, un anciano que se asentó en Vicálvaro a partir de la Guerra Civil y que llegó a ser presidente de la cámara agraria local. Su familia se dedicaba al comercio de la paja, según Valentín González, presidente de la asociación ciudadana Vicus Albus, especialista en la historia de Vicálvaro. "Aquí adquirió muchas tierras", dice González.

El conjunto de las minas halladas, en estudio arqueológico, ocupa una extensión de unos 100 metros de anchura por 700 de longitud. En su perímetro se hallan en plena faena retroexcavadoras que trabajan en la explanación de la zona para asentar un futuro puente que cruzará la carretera de circunvalación M-50, cuyo trazado podría ser rediseñado, dada la riqueza arqueológica que contiene.

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