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Un grupo amenaza con atentados en los trenes de Francia

Se inspeccionarán 32.000 kilómetros de vías

"No tomemos riesgos inútiles; cuanto antes, será mejor. Dame instrucciones, Suzy". Así rezaba el primero de los anuncios insertados por la policía en la sección de mensajes personales del diario Libération, hace dos semanas, cumpliendo la exigencia de un enigmático grupo denominado AZF, que amenazaba con perpetrar una decena de atentados en las vías férreas de Francia si el Gobierno no le entregaba "un rescate" equivalente a cuatro millones de euros.

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La policía trató de entrar en contacto con los chantajistas el lunes pasado, pero el encuentro fracasó. Los servicios de trenes se mantienen normalmente y el presidente de la empresa estatal de ferrocarriles (SNCF), Louis Gallois, comunicó ayer que "trabajadores ferroviarios" inspeccionan 32.000 kilómetros de vías.

La existencia del chantaje fue mantenida en secreto por el Ejecutivo. El silencio fue roto ayer por La Dépêche de Midi, un diario editado en Toulouse cuyos jefes de redacción decidieron publicar los datos que tenían por la responsabilidad en que habría incurrido la prensa si se consumaran los atentados sin haber contado lo que sabían. El resto de la prensa había decidido seguir la recomendación de discreción solicitada por el Ministerio del Interior.

El responsable de este departamento, Nicolas Sarkozy, reconoció ayer que sus servicios ignoran quién está detrás de la amenaza, pero aseguró que se la toman en serio. La policía excluye la pista islamista y trata de encontrar al autor o autores de seis misivas enviadas al palacio de Elíseo y al Ministerio del Interior, firmadas "AZF", que son las siglas de la fábrica petroquímica de Toulouse que explotó en septiembre de 2001, provocando la muerte de 31 personas. Todas las pistas terroristas investigadas sobre esa explosión han sido descartadas, sin que se haya determinado su origen a ciencia cierta.

Los desconocidos se describieron a sí mismos como "un grupo de presión de carácter terrorista creado en el seno de una hermandad laica" en la primera carta, que fue enviada a mediados de diciembre. El 13 de febrero, en otra carta, el o los chantajistas anunciaron la colocación de una serie de bombas en las vías férreas, programadas para explotar en fechas y horas desconocidas, y reclamaron cuatro millones de euros. A su vez, pidieron la inserción del anuncio antes citado en la rúbrica 'Entre nosotros', del diario Libération, dedicada a mensajes personales.

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Por el momento se ignora si esta historia es obra de un loco o responde a algo más grave. Las autoridades empezaron a considerarlo en serio el 21 de febrero, cuando la policía localizó una bomba a unos 30 kilómetros de Limoges, en la vía férrea París-Toulouse, en un punto por el que pasan 50 trenes a diario. Una carta del o de los chantajistas había proporcionado las instrucciones para encontrarla. Aunque no tan "profesional" como el trabajo de los auténticos asesinos, este artefacto era "una mezcla de nitrato y fuel", según la policía, cuya explosión controlada permitió comprobar que era capaz de romper un raíl: posiblemente insuficiente para provocar una matanza, pero lo bastante peligrosa como para hacer descarrilar un tren.

El lunes pasado, 1 de marzo, una voz de mujer dio instrucciones por teléfono para depositar el rescate exigido, precisando que lo quería en forma de cuatro millones de dólares y un millón de euros. Un helicóptero se trasladó al aeroclub de Montargis (112 kilómetros al sur de París), donde el tripulante sólo encontró instrucciones para ir a otra cita. Por razones desconocidas, ese contacto no llegó a producirse. Si el juego de anuncios difundidos a través de Libération responde a algo serio, el tono del publicado ayer era más inquietante: "No he visto tu velo azul. Hazme una señal. Suzy".

Libération publicó los mensajes de manera consciente, según Antoine de Gaudemar, su director de la redacción. Cada uno de los textos insertados van precedidos de la expresión Mon gros loup -literalmente, "Mi gran lobo"-, que en español podría equivaler a un "oye, chato" o alguna expresión de mucha confianza, un poco más basta de lo que supone un arrullo cariñoso, como suelen ser el resto de los textos incluidos en esa sección. En total, la policía insertó hasta cinco mensajes de respuesta al "Gran lobo", incluido el difundido ayer.

La oposición política reaccionó ayer con palabras de apoyo a la policía y a sus responsables. El líder socialista, François Hollande, se manifestó así a las 24 horas de haber intentado una moción de censura contra el Gobierno por su política social. Preguntado si se debería pagar el rescate, contestó: "Seguramente, no", y pidió que se extremen las medidas de protección de los viajeros.

Empleados ferroviarios examinan una vía en Toulouse.
Empleados ferroviarios examinan una vía en Toulouse.REUTERS

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