Rajoy agita la corrupción del PSOE contra el "no robarás" de Zapatero

"Mariano Rajoy es de combustión lenta", mantiene un cargo del PP que ha trabajado con él. Quizá por eso ha tardado cuatro días en responder al primero de los "mandamientos" con los que su principal adversario, José Luis Rodríguez Zapatero, espolea desde el sábado a la militancia socialista. Ayer replicó al "no robarás" agitando el fantasma de la corrupción socialista. "En 1996, la corrupción era el tercer problema de España y hoy no figura ni entre los 40 primeros problemas que preocupan a los españoles", enfatizó Rajoy. "Por algo será", clamó entre los vítores de sus partidarios.

"El famoso ZP dice 'no mentirás', 'no robarás'. Pero, oiga, cuando él estuvo sentado en el Congreso de los Diputados y gobernaba su partido, entre 1986 -que fue cuando llegó al Congreso- y 1996, ¿por qué él no dijo 'no robarás'? ¿Por qué lo dice ahora?", preguntó ayer Rajoy a su afición matutina congregada en Roquetas de Mar (Almería). Se respondió que hacerlo ahora "demuestra su conocimiento de la realidad española". Rajoy cree que el 'no robarás' de Zapatero "en aquel momento hubiera tenido sentido, pero ahora casualmente no tiene ningún sentido, como demuestran todos los estudios sociológicos".

Él, en todo caso, se comprometió a "garantizar un Gobierno honesto". Honesto y que, "en los temas importantes, en los de verdad, que son la política antiterrorista y la política económica, tiene programa, tiene ideas claras y sabe lo que tiene que hacer".

Ahí aprovechó para hurgar un poco más en la herida de las declaraciones de Felipe González y Juan Carlos Rodríguez Ibarra el martes a cuenta de la última operación policial contra ETA. Reclamó a Zapatero que desautorice al ex presidente del Gobierno y al presidente extremeño. "Exijo al señor Rodríguez Zapatero, aunque sé que no es capaz porque manda tanto en su partido como en Portugal, que desautorice al señor González y al señor Rodríguez Ibarra por decir que la operación de la Guardia Civil era una especie de montaje", afirmó por la tarde en Murcia. Por la mañana había enfatizado que esas detenciones evitaron "una masacre de colosales proporciones". Mañana y tarde exigió "que les pida una rectificación pública porque es una colosal vergüenza".

"Colosal" es uno de los calificativos favoritos de Rajoy. De esas proporciones es la mayoría que el PP mantiene en las dos plazas que el líder popular eligió ayer para sus mítines de mañana y tarde. Roquetas de Mar (Almería), por la mañana. Allí el PP tiene 17 de los 25 concejales. Los ocho restantes se los reparten el PSOE, IU y los independientes. Y Murcia por la tarde, donde el PP se acercó al 60% de los votos tanto en las generales de 2000 como en las autonómicas de mayo pasado. En las dos plazas, además, el agua y el Plan Hidrológico Nacional levantan las pasiones propias de la supervivencia.

Los mítines en Murcia son de alta temperatura militante. Fue allí donde en mayo empezaron a decirle a Aznar el "no te vayas" que luego repetían en cada mitin.

En Murcia y Roquetas fue perfilando Rajoy su propio estilo mitinero con el objetivo de que "millones de españoles no permitan" que triunfe "la coalición de todos los que no tienen más objetivo político que el que el PP no Gobierne".

En las dos proclamó: "Yo garantizo el Plan Hidrológico Nacional y exijo al PSOE claridad sobre este asunto". Eso un día después de que Zapatero dijera que el PHN "no ha traído ni una gota de agua y sí hectolitros de división". Rajoy replicó: "Hay algo que es de puro sentido común. Imposible de discutir. No queremos que el agua se vaya al mar. No queremos quitarle el agua a nadie. Solo no queremos que el agua se vaya al mar".

Precedido por la ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, que el PP ha hecho cabeza de lista en Murcia para seguir rentabilizando el PHN, Rajoy recordó que Zapatero dijo que "el agua la traería él". Y le preguntó: "Zapatero, ¿qué dices?, ¿vas a traer botellines?, ¿vas a hacer que llueva?". Al concluir el mitin, los enfervorecidos populares murcianos le estrujaron como a un Beckham cualquiera. Y a él parece que cada día le gusta más.