Formación para prevenir el consumo de estupefacientes

La Universidad de Huelva en colaboración con las instituciones portuguesas Universidad del Algarve e Instituto Politécnico de Beja, ha seleccionado a 80 jóvenes, entre universitarios onubenses y portugueses, para participar en el programa de prevención del consumo de estupefacientes Stopdrogas Un placer. Ese programa los va a capacitar como mediadores entre sus mismos compañeros.

Ignacio Aguaded, director del Grupo de Investigación Ágora y responsable del proyecto en España, señaló que esta iniciativa puesta en marcha en la Universidad de Huelva presenta dos novedades. "En primer lugar, que la estrategia de prevención parte los propios jóvenes que motivan a sus compañeros a realizar actividades alternativas al consumo de drogas". La otra gran novedad, según Aguaded, es que el curso de formación se realizará por Internet. "Contamos con una plataforma virtual en la que hay foros, videoconferencias y correo electrónico", añade.

Los cursos de formación comenzaron ayer y tendrán una duración de cuatro meses. Paqui Rodríguez, de 30 años, licenciada en Magisterio y estudiante del último año de Psicopedagogía participa en este programa: "Vamos a adquirir unos conocimientos para diseñar actividades en el ámbito del ocio y del deporte, alternativas al consumo de drogas". Y añadió: "No vamos a ser coercitivos, pretendemos evitar utilizar el no bebas o no fumes. Nuestra idea es poder ofrecer a los jóvenes otras alternativas".

Sin caer en los tópicos

Ana Macías Ruíz, de 28 años y estudiante de Psicopedagogía no tiene una visión tan optimista como Paqui, aunque considera que el proyecto puede dar buenos resultados: "El tema del consumo de drogas es muy complicado, pero con esta iniciativa vamos a buscar recursos para hallar salidas al problema". Para Ana lo más importante es "no caer en los tópicos de esto no se hace porque está prohibido o es ilegal".

Este proyecto de prevención es lo opuesto a la iniciativa puesta en marcha en Gran Bretaña. "El Gobierno británico pretende que los jóvenes, ante el temor a ser descubiertos, dejen de consumir. Es el sistema de la escuela antigua, imponer una conducta

mediante el castigo", asegura Aguaded. "Nosotros, por el contrario, consideramos que el camino no es actuar de manera coercitiva sino desde la educación. A través del premio y no del castigo".

Ana Macías Ruiz coincidió en esa tesis: "Las medidas prohibitivas no llevan a ningún lado, crean el efecto contrario. Abogo por educar a la persona y dejarle elegir libremente", concluyó.