Unai Elorriaga juega con el lector en 'El pelo de Van't Hoff'
El escritor vasco construye en su segunda novela una trama de investigación e intriga
Juegos, miradas, silencios, voces e intriga se encierran como en una pelota en El pelo de Van't Hoff (Alfaguara), de Unai Elorriaga (Algorta, Vizcaya, 1973). En su segunda aventura literaria, tras el éxito de Un tranvía en SP, el escritor ensalza la faceta lúdica en la edad adulta a través de su protagonista, quien viaja siempre acompañado de una pelota transparente que alberga una serpiente dentro. Elorriaga lleva al lector a jugar con las palabras impresas.
El escritor lleva el sentido lúdico hasta la estructura de la novela en la que juega con varias pistas acerca de un misterio que planea sobre toda la historia y que cuando se cree que se ha conseguido resolver, surge de nuevo la duda.
Elorriaga, que ha dejado aparcado su trabajo de traductor de euskera, cuenta en El pelo de Van't Hoff la historia de Matías Malandra, un funcionario que es enviado a la región de Arbidas para reunir biografías especiales de "vidas raras", aunque sin estar claro cuál es el fin de esa búsqueda. Matías, en sus ratos libres, juega con una pelota transparente que alberga una serpiente dentro, con un diccionario de portugués y con unos soldaditos de plomo. El autor reivindica con esta novela el juego en la edad adulta y construye un mundo en el que es posible vivir evitando la maldad, ayudando a los demás y levantando muros contra el aburrimiento de una vida cómoda.
En esta segunda obra de Elorriaga hay múltiples referencias literarias y artistas (Faulkner, Gaudí, Gómez de la Serna, Tabucchi) y ello se debe, según el autor, a su particular interés por el arte. "Me interesa sobre todo la pintura y la arquitectura. Todo lo que me llama la atención, y cuando pienso estoy pensando en el arte". Su pasión por mezclar cosas diferentes en sus trabajos se debe a que le gusta la incoherencia. "Hay que ser incoherente en literatura, dejar cabos sueltos y probar cosas nuevas. En una misma novela exploro estilos diferentes para ver los resultados. Hay que probar distintas cosas".
Su peculiar estilo literario responde a su manera de pensar. "Mi literatura es muy caótica pero cuando empiezo a escribir una novela todos los capítulos y la estructura están perfectamente planificados. En los cuadernos en los que escribo están los capítulos ordenados y todo está matemáticamente pensado. Lo mismo ocurre con las imágenes, algunas vienen de mi infancia, por ejemplo, las relacionadas con los trenes, porque de niño vivía al lado de una estación, o la de los bolígrafos, que son de mis años de estudiante. Es mi estilo y mi mente es así", confiesa con cierta timidez.
A Unai Elorriaga le gusta jugar y ese deseo lo ha llevado al extremo en El pelo de Van't Hoff. "Todo el mundo tiene necesidad de participar en el juego y el intento de camuflarlo es una realidad. Nuestra sociedad trata de esconderlo. Por ejemplo, el fútbol es un juego camuflado para que sirva de negocio. Y la literatura es un juego oculto bajo una capa de filosofía. Quiero jugar con la novela y quiero que el lector también se implique". Habla del momento en el que empezó a escribir esta novela porque "tenía la necesidad de juntar historias, que el protagonista estuviese fuera del mundo y tuviese que buscar algo, un sitio para vivir y un sitio para morir, que es en definitiva lo que estaba persiguiendo. En este libro hay dos niveles de juego, el del protagonista y el del libro".
Elorriaga se encuentra inmerso actualmente en la escritura de su tercera obra, que tuvo que aplazar después de ganar el Premio Nacional de Narrativa 2003, y en la que describe la historia de un niño que vive con su prima, quien le anima a cazar una libélula azul, y así se convertirá en el pequeño más inteligente del mundo, leyenda que al final se hace realidad. Lleva 15 páginas escritas en euskera en las que va anotando en castellano el significado de las frases. "Eso reducirá notablemente el tiempo de edición entre una novela y la otra, sobre todo, porque hay frases en las que me puedo pasar muchas horas hasta que logro que tengan el significado que deseo".
Babelia
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