La venganza, 478 días después
El ruso detenido por el asesinato del controlador que causó el choque de dos aviones sobre Alemania es el padre y marido de tres víctimas
Huele a venganza. La policía de Zúrich anunció ayer la detención de un hombre de 48 años sospechoso de haber apuñalado el martes al controlador aéreo, un danés de 36 años, que el 1 de julio de 2002 provocó por negligencia el choque de aviones sobre la parte alemana del lago Constanza. El detenido perdió en el accidente a su esposa, Svetlana, su hija Diana y su hijo Konstantin. El apuñalado deja viuda y dos hijos. En el momento del accidente, el controlador ahora muerto se encontraba solo en la torre de control. Un compañero había ido a tomar un café y los teléfonos no funcionaron correctamente. Cuando el controlador avisó a los aviones de la inminencia del choque era ya muy tarde.
Han pasado 478 días desde el accidente que destruyó a su familia. Todo parece indicar que las puñaladas que el martes por la tarde acabaron con la vida del controlador aéreo en el balcón de su casa responden a la venganza de un padre incapaz de superar la pérdida de su familia. El detenido ayer en las cercanías del lugar del crimen, en el barrio de Kloten, donde se encuentra el aeropuerto de Zúrich, trabajaba en Barcelona y el día de la tragedia esperaba reunirse con su mujer y sus hijos, que viajaban en el avión siniestrado.
El accidente se produjo al chocar un Tupolev de la línea aérea de Bashkiria y un Boeing 757 de la compañía de correo DHL. Fue la mayor catástrofe aérea civil sobre suelo alemán: 71 muertos, de ellos 45 niños de la república rusa de Bashkiria que viajaban de vacaciones a España como premio por sus buenas notas. La familia del detenido embarcó en Moscú para reunirse en Barcelona con el padre.
Sólo 48 horas necesitó la policía criminal suiza para detener al sospechoso que, según fuentes judiciales, niega la autoría del crimen. El presunto homicida no parecía muy preocupado por ocultar huellas y pruebas. El detenido entró con un visado el pasado día 18 en Suiza, se hospedó en un hotel en las cercanías de la casa del controlador y se dedicó a preguntar a los vecinos, con el nombre de la víctima escrito en un papel, dónde vivía. La policía encontró en las cercanías del lugar del crimen una navaja de 14 centímetros. El controlador murió desangrado como consecuencia de las puñaladas en el corazón y los pulmones. Su mujer llegó a ver al criminal, que huyó a pie. Para detener al sospechoso, la policía sólo tuvo que buscar en los hoteles cercanos a un viajero que llevase el nombre de alguna de las víctimas del accidente aéreo.
El fiscal Pascal Gossner declaró que el detenido asegura tener una coartada, pero "diferentes indicios apuntan a su persona como posible autor". El fiscal Gossner declaró que el detenido ya llamó la atención en la conmemoración del primer aniversario del accidente por haber dado muestras extremas de dolor: "Actuaba como una persona que no ha podido asimilar una trágica pérdida". El controlador trabajaba de nuevo en la compañía Skyguide, que se ocupa del control del espacio aéreo de la región del lago Constanza desde la torre de control de Zúrich, pero estaba encargado de otras tareas. Tras el accidente, el controlador había manifestado: "Como padre, sé que las pérdidas dejan un hueco que producirá dolor en el futuro". Los trágicos hechos han venido a darle la razón y le costaron la vida.
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