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Entrevista:

"La industria de la moda se ha apoderado del cine"

Charlize Theron opta a un 'oscar' por su interpretación de una asesina en serie en 'Monster'

Firme candidata a un oscar por su papel en Monster, película que hoy se estrena en España, la actriz Charlize Theron confirma que los actores realmente grandes son aquellos que tienen algo que decir. Nació, hace 29 años, en un apartado cortijo surafricano, pero a los 16 abandonó su país natal tras una catástrofe familiar: en una borrachera, su padre agredió a su madre, y ésta acabó matando a su marido. Charlize se marchó a Milán, primero, y después, a Nueva York y Los Ángeles. Antes de abrirse paso en el cine con películas como Pacto con el diablo o Celebrity, fue bailarina de ballet y modelo. Ya era famosa también por sus provocadoras poses en revistas como Esquire o Playboy cuando una enérgica directora novel, Patty Jenkins, se le acercó con un guión sobre Aileen Wuornos, una asesina en serie ejecutada en 2002 en EE UU. "El personaje me atrapó de inmediato", recuerda en un encuentro con periodistas en la capital alemana, donde, en el recién clausurado Festival de Cine de Berlín, recibió el premio a la mejor actriz por Monster. "No es usual tener la oportunidad de interpretar a una figura tan conflictiva. Sólo Robert de Niro, Jack Nicholson o Dustin Hoffman hacían ese tipo de cosas. Supe que una oportunidad así no se me iba a volver a cruzar tan pronto por el camino. El hecho de que se trataba de un personaje real subió aún más el listón", dice.

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Pregunta. ¿Sabe ya en qué estantería pondrá el oscar?

Respuesta. No, estas cosas no se pueden prever. Si llegara a suceder, estoy segura que le haré un hueco.

P. ¿Y cómo lleva lo de estar a la expectativa?

R. Es una locura. En diez años de carrera no me había pasado. Desde muy temprano aprendí que hay cosas que están fuera de mi control: la manera como los periodistas escriben de mí, por ejemplo, o las reacciones de los espectadores respecto a un filme, o la posibilidad de hacerse con un premio. Dado que nada de eso se puede controlar, suele ser mejor limitarse a las recompensas materiales. Así que aún me cuesta creer lo que está pasando. Patty y yo seguimos llamándonos todas las noches. Hace exactamente un año estuvimos en Florida, en el rodaje, bromeando sobre cuánta gente iría a ver el filme: "¿Serán cinco u ocho los espectadores?", decíamos.

P. ¿Por qué era necesario contar la historia de Aileen Wuornos?

R. Porque nunca se había hecho de manera completa. Se la veía ya sea como la asesina en serie-lesbiana-psicópata-monstruo, o como la típica chica pobre-violada-expulsada de casa. Todo era blanco o negro, no había grises. Patty y yo no quisimos crear un personaje simpático, pero la empatía fue inevitable al contar su historia de una manera honesta. Lo apasionante es cómo alguien que no empieza mal se convierte en asesino. Estoy convencida de que todos estamos hechos de la misma madera y me indigna la idea de que se pueda encasillar a alguien y condenarlo, como si su historia nada tuviera que ver con nosotros.

P. ¿Jugó algún papel que también usted haya pasado por una tragedia familiar?

R. No. Todos tenemos nuestras tragedias. Eso pasó hace 13 años. Diga lo que diga la gente, no es esto lo que me mueve. Nunca pensé en ello cuando leí el guión. Hay muchas otras cosas en mi vida que me ocupan, de las que no hablo y de las que nadie sabe. La vida no se reduce a un solo suceso.

P. ¿Por qué no quiso encontrarse con la verdadera Aileen?

R. Aileen Wuornos estaba en la fase final de apelación de su sentencia de muerte, y no me pareció bien que yo, una extraña, me sentara con ella, cuando sólo le quedaba una semana de vida, y le dijera: "Yo interpretaré tu papel. Cuéntame todo". Hubiera sido un abuso. Lo que sucedió es que ella nos dio acceso a las cartas que durante los 12 años que estuvo en el corredor de la muerte envió a una amiga. Son una especie de diario personal y es así cómo conocí a la Aileen íntima que nunca había salido a relucir.

P. ¿Qué piensa de la pena de muerte?

R. Siempre la he rechazado y esta película me convenció aún más de lo ineficaz que es. Porque no funciona: no es cierto que en los países con pena de muerte haya menos homicidios y delincuencia. Porque es un sinsentido moral asesinar a los asesinos. Y porque me indigna cómo los condenados a muerte, especialmente Aileen, se convierten en fichas políticas: Jeff Bush, el hermano del presidente, aspiraba a la reelección como gobernador de Florida y, entonces -todo un héroe él-, decidió ejecutar a una mujer, a la "primera asesina en serie". Lo reeligieron.

P. Aparte de subir más de 15 kilos de peso y maquillarse, ¿cuál fue la clave para apropiarse de este personaje?

R. Hasta cierto punto, eso es como preguntarle a un mago cómo hace para sacar el conejo de la chistera. Sin entrar en detalles, digamos que lo más importante fue la investigación previa. Hubo que recoger toda la información sobre Aileen que estuviese disponible. Vi horas y horas de grabaciones. Estudié también su voz, para acostumbrarme a su entonación, su ritmo, sus acentos. En todo ello me sirvió mucho la disciplina que adquirí en el ballet. También allí uno invierte mucho trabajo para, con suerte, poder bailar las tres horas de El cascanueces sin tener que pensar o contar los pasos.

P. Usted ha luchado toda su vida por ser hermosa. Ahora tiene éxito con un papel en el que no lo es en absoluto. ¿No es irónico?

R. Yo nunca luché por ser hermosa.

P. ¿Acaso no es importante la belleza en Hollywood?

R. Pienso que en alguna parte del camino se nos ha olvidado a qué se dedican las actrices. Como diría una amiga, puede que el problema sea que la industria de la moda, de alguna manera, se ha apoderado del cine. Las actrices no tienen por que ser bellas; están ahí para contar historias humanas.

P. ¿No es verdad, entonces, que también hay que hacer de fea para ser respetada como actriz?

R. ¡Pero si eso cualquiera lo puede hacer! ¿Acaso la Academia concedió el oscar a Nicole Kidman por haberse puesto una nariz postiza en Las horas? La gente se olvida de lo que está detrás de la actuación. Lo único que vemos es la transformación física, pero lo que en realidad importa es el trabajo interno. Puede que la próxima vez interprete a un ama de casa. No me importará. Sólo es el envoltorio. Lo importante es lo que hay dentro.

Charlize Theron, el pasado domingo en la gala del Sindicato de Actores en Los Ángeles.
Charlize Theron, el pasado domingo en la gala del Sindicato de Actores en Los Ángeles.REUTERS

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