El Gobierno logra sacar adelante la ley universitaria con la anuencia de Batasuna
Iztueta muestra su agradecimiento "a todos los que han hecho posible" el nuevo texto
Sin sorpresas y casi sin debate, el pleno del Parlamento aprobó ayer apenas en media hora la Ley del Sistema Universitario vasco, la más importante de Educación esta legislatura, gracias a la abstención del grupo de la ilegalizada Batasuna. El Gobierno conseguía así con un proyecto que incorpora las enmiendas acordadas con los radicales lo que no logró el 29 de diciembre, cuando la ley, sin esas enmiendas, fue rechazada en la Cámara.
El hastío de los grupos con este debate repetido dos veces en menos de dos meses y la retirada de las enmiendas parciales que quedaban, todas ellas del tripartito, llevó a sus portavoces a renunciar a los turnos de intervención y abordar directamente la votación: la ley quedó aprobada con los 36 votos del tripartito frente a los 31 en contra de populares y socialistas. Sozialista Abertzaleak (SA) sumó cinco abstenciones.
El lehendakari, quien había seguido en el hemiciclo gran parte de la discusión anterior sobre la ley de Protección de Datos, se ausentó de su escaño tras votar la de universidades, y no siguió las intervenciones de los grupos.
En el turno de explicación de voto, el único que usaron, PP y PSE le acusaron de romper su principal compromiso electoral de 2001: no usar ni directa ni indirectamente los votos de Batasuna para gobernar, por haber pactado con su grupo parlamentario las treinta enmiendas que incorpora el texto, para posibilitar que éste grupo se abstuviera y la ley saliera adelante. "Iztueta [la consejera de Educación, de EA] es el Gobierno", le recordó a Ibarretxe la socialista Isabel Celaá.
La consejera mostró tras la sesión su satisfacción por la aprobación de la norma y envió su agradecimiento "a todos los que han hecho posible la ley", que "ha sido fruto del trabajo de muchos".
Iztueta sostuvo que el texto coloca a la universidad vasca "en la senda de las universidades europeas", todo lo contrario de lo que opinó la oposicion, que la considera, en palabras del portavoz popular,Iñaki Ortega, "un engendro" que cierra a la universidad vasca al resto de España y de Europa.Los grupos del tripartito recordaron que el proyecto aprobado incluye también enmiendas de PP y PSE, pero obviaron que éstas se introdujeron en contra del deseo de sus proponentes, que las retiraron en su día y protestaron por el uso que de ellas hizo el Ejecutivo. Populares y socialistas coincidieron en atribuir la abstención de los parlamentarios de SA a los acuerdos alcanzados por Educación con este grupo. Las dos formaciones constitucionalistas insistieron en la existencia de un pacto con el grupo de la ilegalizada Batasuna y acusaron al lehendakari de romper su compromiso electoral de no usar los votos de ese grupo ni directa ni indirectamente.
"Iztueta vulneró el compromiso del lehendakari", acusó Celaa. "Iztueta es la consejera de Educación de este Gobierno y el lehendakari la defiende en todo, incluso cuando incumple el compromiso del lehendakari. Iztueta es el Gobierno", recalcó. Celaa, quien ya en comisión había acusado al Ejecutivo de haber dado "con la dosis justa" del apoyo que desea de Batasuna -su abstención, pero no su voto afirmativo-, sostuvo en el pleno que "causa desgarro oír al Gobierno decir que no ha habido negociación con SA".
El popular Iñaki Ortega adelantó que la ley se expone a un "posible recurso" de inconstitucionalidad, que debería interponer el Gobierno central, por contravenir la Ley Orgánica de Universidades (LOU). Ortega afirmó que ayer se aprobó "la ley de Batasuna" y "la ley de la vergüenza", cuyo único objetivo cifró en "poner a la universidad, que no se ha callado y no gusta a los sectores más radicales del país, al servicio del plan Ibarretxe". "Deja por los suelos la credibilidad del lehendakari y sus compromistos más repetidos", agregó Ortega, quien acusó al Ejecutivo de haber preferido el pacto "con quienes quieren radicalizar y generar miedo en la universidad" antes que con la oposición democrática. Celaá hizo ver al Gabinete que su proyecto "sólo ha encontrado eco en Batasuna" y se refirió a su "insensta y turbulenta" tramitación para calificar el procedimiento de "trucado e insólito".
"Un engendro"
Las intervenciones de ambos hicieron estéril la petición del portavoz de EA, Martin Aranburu, que ha llevado la batuta en la defensa del texto tanto en comisión como en pleno, de atenerse "a parámetros educativos" y aparcar los políticos. Celaá sí citó también los perjuicios educativos, organizativos y financieros para la universidad. "Continuará harapienta", dijo, antes de recordar que la ley no resuelve su insuficiente financiación (0,84% del PIB frente al 1,10 de la media española).
La portavoz socialista se refirió también a los problemas de los ayudantes, los jóvenes investigadores, la investigación concertada o el "atropello" de la autonomía universitaria que a su juicio consumará la aplicación de la ley, "aún en mayor medida que la LOU".
Ortega la calificó de "engendro que hipoteca el futuro de la universidad, la cierra a España y a Europa y le impone un corsé por falta de financiación".
Entre los grupos del tripartito, el portavoz del PNV, Xabier Ormaetxea, esquivó la respuesta a las acusaciones de pactar con Batasuna -"van ustedes a seguir diciéndolo, pese a la evidencia de que el Gobierno ha sacado adelante todas las votaciones de esta mañana, con o sin la presencia de Batasuna", recalcó- y alabó la ley por ir a impedir que la universidad vasca se convierta "en una universidad de provincias donde Madrid coloque sus excedentes académicos". "Soluciona los problemas de muchos profesores y resuelve la precariedad de los becarios, da garantías a la docencia en euskera y fomenta la carrera investigadora", defendió. Aranburu coincidió prácticamente en esos argumentos, mientras que Kontxi Bilbao (IU) valoró que acaba con la indefinición del marco normativo y destacó que el proyecto aprobado reúne aportaciones "de todos los grupos".
El portavoz del SA, Joseba Álvarez, echó por tierra con su intervención todo intento del tripartito de negar los acuerdos: "Nosotros no regalamos el voto a nadie", enfatizó, para explicar que su abstención se debió a la incorporación de 30 de sus enmiendas, que garantizan "un sistema nacional de educación". "Llegar a acuerdos con la izquierda abertzale no es malo", añadió.
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