Los 'Pavones' de la información

Utilizando un símil futbolístico, especialmente extendido entre la afición del Real Madrid, el director de la Escuela de Periodismo UAM / EL PAÍS, Joaquín Estefanía, aseguró que esta institución lleva ya 18 años formando Pavones para que el ejercicio de la profesión les permita convertirse en Zidanes. Por este centro académico han pasado ya 700 alumnos (53% hombres y 47% mujeres), la mayoría de los cuales tenía entre 20 y 30 años y sólo un tercio (36%) procedía de Ciencias de la Información, lo que demuestra, según Estefanía, que para ser periodista no se necesita pasar obligatoriamente por esa facultad.

No obstante, Estefanía esbozó un paisaje periodístico lleno de nubarrones al poner de manifiesto la existencia de problemas de conciencia, de credibilidad y de objetivos en el entorno de los medios de comunicación. Citó las crisis protagonizadas por el diario estadounidense The New York Times al descubrirse que uno de sus periodistas se inventaba los reportajes; el francés Le Monde, por la supuesta utilización de sus páginas para llevar a cabo negocios personales, y la cadena británica de televisión BBC, cuyos máximos responsables abandonaron sus cargos por el caso Kelly y los informes sobre las armas de destrucción masiva en Irak.

Estefanía reiteró que la tarea del periodista ("proporcionar al ciudadano información para ser libre") no ha cambiado, pero alertó sobre la creciente tendencia a la autocensura y el amarillismo.

Igualmente criticó algunas prácticas derivadas del poder político: el intento de humillar a una periodista de la cadena SER arrojándole un euro, la falta de debates durante la campaña electoral o las conferencias de prensa sin preguntas. "Tenemos que reivindicar nuestra dignidad", remachó Estefanía.

El presidente de PRISA, Jesús de Polanco, expresó su satisfacción por la colaboración entre el grupo de comunicación editor de EL PAÍS y la UAM, desarrollada "en perfecta armonía", y reiteró su compromiso con la Escuela de Periodismo.

El rector de la UAM, Ángel Gabilondo, lamentó que la cultura, la investigación y la ciencia no pasen precisamente por sus mejores tiempos y animó a los universitarios a luchar contra el "aburrimiento ontológico" mediante el cultivo de la curiosidad y la acción.