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Lo que se hizo con las quejas

Miguel González

El Ministerio de Defensa no aclaró ayer si las recomendaciones del informe del CISET se tuvieron en cuenta y añadió que, en todo caso, "eran innecesarias, pues siempre que era posible se empleaban aviones de pasajeros, como el propio Yak-42, para trasladar al personal".

Después del 28 de abril se efectuaron cuatro vuelos en aviones ex soviéticos: dos con el avión Yak-42, uno con un Ilihusyn 76 y otro con un Tupolev 154 M. En todos los casos, salvo el que acabó en catástrofe, los militares elevaron partes de queja. En el viaje del Yak-42 anterior al del accidente, el 12 de mayo de 2003, "el equipaje tuvo que ir con el pasaje", pues la bodega de carga iba llena, según la denuncia.

El informe interno de Defensa, realizado por el coronel Fortún, no alude en ningún momento al documento del CISET ni cita el flete de vuelos chárter entre las medidas adoptadas. "El Estado Mayor Conjunto, teniendo en cuenta las incidencias que le fueron trasladadas", explica, "decidió, entre otras acciones, aumentar el número de vuelos o, en su caso, no reducirlos [...], desdoblar en dos rutas independientes el flujo único de transporte, para reducir los tiempos de vuelo y escalas; y elevar a NAMSA las quejas relacionados con retrasos". Estas últimas, admite, sólo sirvieron para aplicar "penalizaciones económicas" a las compañías aéreas.

El ministro de Defensa dijo el pasado 4 de junio en el Congreso que la decisión de suspender los vuelos, tres días después del siniestro, se debió exclusivamente a la "alarma social", pues "hasta el momento del accidente no se había recibido ningún informe en contra de los vuelos realizados en estos aviones".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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