La banda admite que usa la tregua "a su antojo" como "forma de lucha"
ETA admite en sus escritos internos que se reserva la posibilidad de utilizar "a su antojo" las treguas -sean totales, sectoriales o geográficas- como "una forma de lucha" o como "un instrumento político y militar" siempre en sus manos. En el boletín Zutabe número 100, de abril de 2003, la banda explica, además, que siempre que alguien le reclame un alto el fuego, intentará hacer responsable de su propia decisión a quien le pida que deje de matar. Es decir, lo que ha hecho ahora tras la entrevista en Perpiñán el 4 de enero con Josep Lluís Carod Rovira.
La banda, tras el proceso asambleario que celebró en 2002, decidió que era una buena opción el "recuperar el alto el fuego como una forma de lucha".
Tras el proceso de Argel, de negociación entre la banda y el Gobierno socialista, la banda consideró "hipotecado" el alto el fuego declarado entonces a causa del uso que hacían de él los gobernantes españoles. Pero esta percepción cambió tras la última tregua general que decretó.
Por eso ha decidido ahora recuperar los alto el fuego como un "instrumento político y militar" para "utilizar a su antojo". ETA considera que la tregua debe estar "siempre en manos de la organización". La banda reflexiona sobre los 14 meses sin atentados por la tregua que declaró entre 1998 y 1999 y concluye que "es todavía un tema de actualidad (...) y va a seguir siendo así".
Más efectividad
ETA asegura que el uso de las treguas "ha de ser muy cuidado, ya que hasta ahora ha señalado los momentos más importantes del proceso de liberación". La banda estima que "ante solicitudes de alto el fuego", vengan de donde vengan, "la organización ha de preparar una respuesta concreta, trasladando su responsabilidad hacia los agentes e individuos que efectúan esta demanda".
La organización terrorista agrega otro argumento para el uso del alto el fuego o, en su caso, de lo que denominan "la opción de cerrar el frente de las acciones armadas", cuyo objetivo sería "multiplicar la efectividad de la lucha armada".
"El cierre de los frentes, sobre todo en los frentes sectoriales, o en uno de los apartados de un frente, como podemos llevarlo a cabo en un ámbito geográfico", explica ETA en el Zutabe 100, "ha de ser más incisivo y permanente, definiendo muy bien los objetivos militares de cada frente y afianzando los planteamientos políticos de cada frente". Lo que se busca, de paso, es "echar por tierra la percepción errónea de estos últimos años de que la organización está constantemente abriendo nuevos frentes".
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