El FMI pide al Gobierno argentino que destine parte del superávit fiscal a pagar en efectivo a los acreedores

El Fondo Monetario Internacional (FMI) reclama al Gobierno argentino que, "al menos como gesto simbólico", destine parte del excedente del superávit fiscal de 2003, unos 300 millones de dólares, a ofrecer "pagos en efectivo" a los tenedores de títulos, además de mejorar las tasas de interés y los plazos de los nuevos bonos vinculados al crecimiento económico que se ofrecerán a cambio de los que suman, en conjunto, 88.000 millones de dólares.

Los técnicos del FMI que iniciaron esta semana la auditoría de las cuentas, se reunirán con el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna. Las fuentes consultadas anticiparon que la misión "no pondrá objeciones" para elevar su informe y que el directorio hará saber por anticipado su decisión de aprobar las cuentas. Según un portavoz del Ejecutivo argentino, "en un plazo máximo de 30 o 40 días se hará una presentación ajustada y precisa, para mejorar las condiciones de pago y hacer más atractiva la oferta a los acreedores, sin renunciar al objetivo de alcanzar una quita sustancial de la deuda y sin comprometer la recuperación económica del país".

Argentina insiste en proponer una quita del 75% de la deuda nominal para pagar sólo 25 centavos por dólar, un monto que se reduciría aún más si se suman los intereses vencidos (unos 24.000 millones de dólares) desde que se declaró la suspensión de pagos en diciembre de 2001. "Si quieren apretar que aprieten, aquí está el pueblo argentino para construir una nueva realidad", dijo el presidente Kirchner el pasado martes en un acto público donde anunció un programa de emergencia para la construcción de viviendas. "Muchos nos acusan de ser irracionales; para nosotros ser racionales es darles cada día más techo y más trabajo a los argentinos".

El FMI, bajo presión a su vez del Grupo de los Siete países más ricos, exige que el Gobierno argentino actúe de "buena fe" con los acreedores y mejore la oferta de pago si el país crece más de lo esperado. En el acuerdo del pasado septiembre para refinanciar deuda por 12.500 millones de dólares con los organismos de crédito, Argentina pactó con el FMI un superávit fiscal del 3% para 2003 o una suma fija de 7.790 millones de pesos (unos 2.500 millones de dólares). Las cuentas se cerraron finalmente con un excedente de 8.677 millones (2.892 millones de dólares) y el FMI estima que la diferencia, el equivalente a 300 millones de dólares, debería ofrecerse al menos como un "pago simbólico" a los acreedores que esperan desde hace dos años.

Desde que se creó el FMI, los Gobiernos argentinos incumplieron 15 de los 19 acuerdos. "Para nosotros, buena fe es justamente proponer y firmar lo que sabemos que podremos cumplir", dijo Kirchner.