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El mayor operador de cable de EE UU ofrece 52.000 millones por Disney

Comcast lanza una oferta hostil para crear un gigante mundial de la comunicación

Comcast, el mayor operador de cable de Estados Unidos, ha puesto sobre la mesa de los ejecutivos del imperio Walt Disney una oferta de compra hostil que puede superar los 66.000 millones de dólares (unos 52.000 millones de euros), incluida la deuda de 11.900 millones de dólares que arrastra la compañía, para crear el primer grupo mediático del mundo. La propuesta consiste en un intercambio de 0,78 acciones de Comcast por cada título de Disney, con una prima del 10%. Disney se disparó ayer un 14% en Bolsa, mientras que Comcast caía un 8% a media sesión.

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El matrimonio empresarial sería perfecto: combinaría los contenidos con la tecnología para distribuirlos. Si la unión llegara a consumarse, Disney no sólo aportaría su catálogo histórico, sino también sus posesiones, entre ellas la cadena de televisión ABC y la cadena deportiva ESPN, dos de las más vistas en EE UU. La mezcla situaría a Comcast, líder del país con 21 millones de suscriptores y cinco millones más de abonados a Internet, en la primera división mediática junto Time Warner y Viacom. La facturación de la nueva compañía sumaría 46.000 millones de dólares, frente a los 40.000 que registró Time Warner el año pasado.

El presidente de Disney, Michael Eisner, había conversado por teléfono con el de Comcast, Brian Roberts, para comunicarle que la empresa del ratón Micky Mouse no está en venta. Pero Comcast decidió emplear ayer una táctica que ya le ha funcionado en otras ocasiones: hacer pública la oferta para movilizar a los accionistas díscolos en el consejo de administración de Disney. La oferta quizá acabe provocando un efecto poco rentable para Comcast: situar a Disney en un escaparate de venta y abrir una subasta por su control. En un breve comunicado, la empresa californiana aseguró que estudiará cuidadosamente "esta oferta no solicitada" y pidió calma a sus accionistas.

Prima del 10%

La propuesta consiste en 0,78 acciones de Comcast por cada título de Disney, lo que proporcionaría a los accionistas un 10% de rentabilidad inmediata. En total, los accionistas se repartirían una ganancia instantánea de más de 5.000 millones de dólares. En función del precio de cierre de las acciones de Disney el martes pasado (24,08 dólares frente a los 26,47 que supone la oferta de Comcast), la operación se saldaría con una factura de 54.100 millones de dólares para la empresa compradora, a los que habría que sumar otros 11.900 millones por la deuda de Disney que Comcast también se compromete a asumir. Sin embargo, las acciones de Disney alcanzaron ayer los 27,55 dólares, por encima de la oferta, sugiriendo que los inversores esperan que Comcast mejore su oferta.

La operación es aún más interesante por la manera en la que se ha gestado. En las últimas semanas, Roberts había bombardeado a Eisner con llamadas de teléfono para exponer y ampliar su oferta de compra. Eisner, empecinado en su negativa y sin interés por trasladar la oferta al consejo, había dado por zanjado el asunto con su oposición rotunda no sólo a poner en venta la compañía, sino incluso a negociarlo. En la mañana de ayer, Eisner se levantó con una carta personal con el remite de Brian Roberts, dirigida a él pero distribuida inmediatamente a los medios de comunicación. Roberts le dice: "Te escribo sobre la conversación que mantuvimos esta semana en la que te propuse que entrásemos en negociaciones para fusionar Disney y Comcast y crear una compañía líder en entretenimiento y comunicación. Es una pena que no quieras hacerlo. Dada esta situación, la única manera en la que nosotros podemos proceder es haciendo pública nuestra oferta a ti y a tu consejo de administración". Roberts desgrana a continuación los términos de la oferta y le recuerda a Eisner que los accionistas actuales de Disney controlarían el 42% de la compañía resultante.

Roberts juega con tres cartas en la manga. En primer lugar, es consciente del revuelo y los conatos de disidencia en el seno del consejo de Disney, del que acaban de salir, entre otros, el último representante de la dinastía familiar original, Roy Disney, sobrino del fundador. Él y su amigo Stanley Gold, otro accionista contrario a la dirección de Eisner, tratan de movilizar a otros como ellos para intentar desbancar a Eisner de la dirección de la compañía en la reunión de inversores que debe celebrarse el mes próximo. Además, Comcast promete renegociar el contrato con Pixar, firma que ha dado a Disney sus mejores éxitos de la última década (Buscando a Nemo o Toy story), pero dispuesta ahora a romper esa relación, en parte por falta de química entre su presidente, Steve Jobs, y Eisner.

Segunda ventaja: Comcast ha usado con éxito esta misma artimaña empresarial otras veces. En Wall Street esta táctica se conoce como el abrazo del oso: hacer ofertas a compañías que teóricamente no están en venta. Hace unos años, AT&T se negaba a venderle a Comcast su negocio de Internet. Comcast hizo pública su oferta y, poco después, AT&T Broadband era suyo.

En tercer lugar, Roberts sabe que corren buenos tiempos políticos para plantear una fusión de este calibre a la autoridad que debe aprobarla, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). De hecho, Roberts escribe en su carta: "Tenemos confianza en que podemos obtener con rapidez todas las aprobaciones necesarias. Dada la evolución del panorama de nuestra industria en los últimos años, la creación de compañías integradas de contenido y distribución es esencial para incrementar el nivel de competencia". Aunque esta última afirmación pueda ser dudosa, Roberts sabe que la FCC ha santificado una unión similar a la que él busca con Disney: la compra de DirecTV por News Corp. Esa operación es parecida, pero no tanto como dice Roberts.

Roberts (centro), ayer en una conferencia de prensa en Nueva York para explicar la oferta de Comcast.
Roberts (centro), ayer en una conferencia de prensa en Nueva York para explicar la oferta de Comcast.REUTERS

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