Michael Eisner deja la presidencia de Disney pero se mantiene como consejero delegado
Un 43% de los accionistas censuró la labor del responsable del grupo durante veinte años
La dirección del grupo Disney ha anunciado esta madrugada que mantiene a Michael Eisner como consejero delegado del gigante de la animación, pero le priva del cargo de presidente, después de 20 años de poder absoluto sobre el grupo, a raíz de que un 43% de los accionistas censurase su labor.
Sorprendentemente, a partir de ahora toma el mando el ex senador de Maine, George Mitchell, a pesar de haber sido el segundo consejero más criticado, con un 24% de votos en contra. Sus críticos se preguntan si Mitchell, considerado como uno de los más firmes aliados de Eisner, podrá mantener su independencia habida cuenta de que su bufete de abogados ha desarrollado tareas de consultoría para el grupo.
Anoche [horario de Estados Unidos], cerca del 43% de los accionistas del grupo Walt Disney pidió que no se confirmara al ya ex presidente del grupo Michael Eisner en la presidencia del consejo de administración. La importante proporción que votó contra él forzó al consejo a reconsiderar el doble mandato de Eisner, que ejercía como presidente y consejero delegado desde 1994. "Amo esta compañía y la directiva la ama también", dijo Eisner al comenzar la asamblea que decidiría su salida de la presidencia, en la que calificó las críticas contra su gestión e "fundamentalmente equivocadas". "El historial de Disney para crear valor es indiscutible", agregó Eisner, antes de informar de que durante el trimestre pasado la empresa logró sus mayores ventas históricas, con ganancias por valor de 688 millones de dólares.
La salida de una crisis
Quienes se oponen a la gestión de Eisner señalan que la empresa ha perdido su liderazgo en el ámbito del entretenimiento y le echan en cara su fracaso en las conversaciones con Pixar para renovar el próspero acuerdo que existía entre ambas empresas. Asimismo, la reciente oferta del líder de la televisión por cable Comcast, que ofreció comprar Disney por 54.100 millones de dólares, sólo logró acentuar más la tensiones en el interior de la compañía, que rechazó la oferta por considerar que no era atractiva económicamente y por considerar que tiene mayor potencial de crecimiento en caso de permanecer independiente.
Para Roy Disney y Stanley Gold, la salida de la crisis pasa por dos caminos. Uno, la salida de la compañía de Michael Eisner y dos, la separación de las funciones de consejero delegado y de presidente del consejo de administración. La división de papeles ya se ha producido con la entrada al escenario de la compañía de George Mitchell, pero Eisner sigue. Gold y Disney ya han manifestado su total desacuerdo con la decisión del consejo de administración y han prometido ante que "lucharán" para apartarle definitivamente de la directiva del gigante de la animación.
En lo que los medios han calificado ya de "motín", Disney contó ayer con el respaldo de los principales fondos
de pensiones, que controlan 39 millones de títulos, alrededor de un 2% de la capitalización del grupo, pero que tienen un importante papel simbólico y una gran capacidad de arrastre entre los inversores institucionales, más allá de su peso en el accionariado. Sufirieron retener los votos por Eisner, lo que, en la práctica, significó oponerse a su reelección.
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