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Un juez embarga bienes argentinos en EE UU reclamados por un fondo

El desacuerdo con el FMI hace caer la Bolsa de Buenos Aires un 6%

Un juez estadounidense decidió ayer embargar la sede del agregado naval argentino, que se une al de cuatro barracones embargados la semana pasada. Esta decisión se debe a una reclamación de un fondo de inversión por valor de 300 millones de euros a Argentina. Mientras las negociaciones con el FMI seguían estacandas, la Bolsa de Buenos Aires cayó ayer un 6% ante el temor de que no haya un acuerdo con los acreedores para pagar la deuda.

La justicia estadounidense ha procedido al embargo preventivo de la residencia del agregado naval de la misión diplomática de Argentina en Estados Unidos, a raíz de una denuncia presentada por los acreedores privados que reclaman el pago de la deuda. La orden la dictó la semana pasada el tribunal de primera instancia del Estado de Maryland.

El embajador argentino en EE UU, José Octavio Bordón, explicó que la decisión judicial no impide el funcionamiento "normal" de la instalación diplomática porque dijo que "se trata de una inhibición" del bien. Además, destacó su carácter "preventivo" del embargo. Según Bordón, este tipo de instalaciones están protegidas por la Convención de Bienes Diplomáticos y son "inembargables". La decisión sobre la residencia del agregado naval sigue a otra igual que afectó hace dos días a los depósitos de las Fuerzas Armadas y de la Marina argentinas en EE UU.

Negociación

Entre tanto, la relación entre el Gobierno argentino y los tenedores de 9.800 millones de dólares de deuda del país suramericano es de máxima fricción. Ni el primero está dispuesto a pagar más de lo que pueda ni los segundos a aceptar esta condición que ha sido calificada de descabellada. El FMI entró recientemente en la pugna en favor de los acreedores, mayoritariamente de fondos de inversión estadounidenses y europeos.

El Fondo amenazó al Gobierno argentino con suspender la ayuda financiera si el Gobierno del presidente Kirchner no era capaz de llegar a un acuerdo con los acreedores de deuda antes de la próxima revisión de las metas macroeconómicas argentinas en marzo próximo. Una desaprobación de la revisión del plan supondría la suspensión de la ayuda financiera que aún necesita Argentina para salir de la crisis y, sobre todo, nuevos roces con el FMI que nadie quiere.

En la reunión que mantuvieron el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, y el director gerente del FMI, Horst Khöler, el lunes en Miami, no hubo avances en el intento de hallar una fórmula de pago de la deuda que se ajuste a los intereses de ambas partes. Esta infructuosa reunión, de la que se esperaba mucho, agudizó el temor de los inversores a que Agentina pueda volver a quedar fuera del sistema financiero internacional de pagos si se resiste a afrontar sus deudas o si sigue adelante con su propuesta de pagar 25 centavos por cada dólar que debe, algo que no satisface a ningún acreedor.

El mercado bonaerense reaccionó ayer a los temores de la suspensón de la ayuda financiera con una caída que llegó a superar el 8% pero que al filo del cierre de la sesión se amortiguó hasta el 6%. El mercado permanecerá expectante a la jornada de mañana, en la que el Banco Mundial debe aprobar un crédito de 5.000 millones de dólares para Argentina.

Si el Banco Mundial llega a aplazar el desembolso, la decisión se interpretará como un aviso de lo que previsiblemente hará el FMI en marzo. El temor no es nuevo, la Bolsa de Buenos Aires ha perdido un 19% desde el máximo alcanzado el pasado 20 de enero. Justo después de esa fecha es cuando las relaciones entre el Gobierno argentino, los acreedores y después el FMI, comenzaron a ser cada vez más tirantes.

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