Defensa comunica a las familias del Yak-42 el hallazgo de "mínimos restos de cadáveres"

El secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, ha remitido una carta a las familias de las víctimas del avión Yakovlev-42, que el pasado 26 de mayo se estrelló en Trebisonda (Turquía) con 62 militares, en la que les comunica que tras el entierro de sus parientes se recogieron en el lugar del accidente "mínimos restos de cadáveres". Con esta carta, Jiménez-Ugarte quiere salir al paso de la polémica generada por sus declaraciones a El Periódico de Aragón en las que revelaba que "diez días después del siniestro aparecieron restos humanos en la zona".

En la misiva, el alto cargo de Defensa matiza que se trataba de "trozos de tejido o de pequeñísimos restos encontrados por los militares turcos cuando continuaron con profesionalidad sus tareas de limpieza absoluta en la zona del accidente". Según Jiménez-Ugarte, se trataba "de algo que nada tenía que ver con un resto humano [...] identificable por su entidad, y sí de algo que es muy habitual que suceda no sólo en accidentes aéreos, sino en otros tipos de accidentes [ferroviarios o de tráfico] o explosiones terroristas".

La carta asegura que la ausencia de los restos recogidos con posterioridad no impidió llevar a cabo "con todo rigor el proceso de identificación de los distintos cadáveres". Familiares de los fallecidos han expresado sus dudas respecto a la verdadera identidad de los cadáveres, dado que no se realizaron pruebas de ADN, algunos carecían de chapas de identificación y la repatriación se hizo con gran rapidez. Aunque Jiménez-Ugarte no lo indica en la misiva, los restos fueron enterrados en Turquía.

Por otra parte, el titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Zaragoza, Ángel Dolado, ha admitido a trámite la demanda civil interpuesta contra la compañía ucrania UM Air, propietaria del Yak-42 por una docena de familias de las víctimas. Los demandantes reclaman 12,5 millones de euros de indemnización. La demanda se interpuso la semana pasada en Zaragoza, ya que esta ciudad era el destino del avión, y va dirigida contra la aerolínea ucrania, en el convencimiento de que la causa del siniestro fue una "cadena de errores" de los pilotos.