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Los vecinos están insatisfechos de los servicios sanitarios y exigen activar los consejos de salud

La consejería descalifica las opiniones vecinales y dice que la satisfacción es del 95%

Sara Velert

Un aprobado justo, o un suspenso raspado. Ésta es la nota media que recibe la sanidad valenciana de los 194 dirigentes vecinales que han contestado a una encuesta de la confederación de asociaciones de la Comunidad Valenciana (Cave-Cova) sobre el funcionamiento del sistema público de salud. Los hospitales y centros de salud trabajan "razonablemente bien", pero estos últimos suspenden por la tardanza en dar cita, una queja generalizada en las especialidades, resumió el presidente de Cave-Cova, Juan Antonio Caballero, quien pidió que se active la participación en los consejos de salud.

El diagnóstico de Cave-Cova parte de dos encuestas remitidas en noviembre pasado a las cerca de 300 asociaciones de vecinos de la organización (unos 150.000 afiliados), de las que un tercio no ha respondido. El primer cuestionario, contestado por 194 entidades, se centra en el funcionamiento del sistema sanitario "con preguntas amplias para recoger una impresión general de la sanidad en los barrios". El segundo, con respuestas de 202 asociaciones, analiza la educación para la salud y la participación vecinal. En ambos casos, la mitad de los participantes procede de la provincia de Valencia. "El cuestionario es altamente significativo porque los dirigentes vecinales conocen los problemas sanitarios de sus barrios", afirmó Caballero, quien concluyó que el balance da un "aprobado o un suspenso raspado" a los servicios sanitarios.

Preguntados los vecinos sobre cómo funciona su centro de salud, el 51,55% responde que "regular", y otro 17,53% "mal", frente a un 28,27% que dice que marchan "bien", o "muy bien" en el 1,03% de los casos. Los centros de especialidades reciben peor nota, ya que para el 29,9% funcionan mal, para el 43,3% regular, y para el 26,8% bien o muy bien. Sobre los hospitales, los encuestados tienen mejor opinión, aunque la respuesta más frecuente sigue siendo que su trabajo es "regular". La impresión general de que hospitales y centros de salud "funcionan razonablemente bien", dijo Caballero, se modifica cuando se analizan las listas de espera. En el caso de los centros de salud, donde éstas no existen, la crítica se centra en la cita previa, que funciona "ostensiblemente mal" para el 59,79% y regular para el 24,74%. También suspenden en este apartado los centros de especialidades, con un 75,26% de respuestas entre mal y regular, mientras que en la atención quirúrgica de los hospitales mejora la valoración, con un 42,26% que califica la situación de las listas de espera de "bien" o "muy bien".

El sondeo también analiza las urgencias. En atención primaria no existen, por lo que los encuestados "han interpretado que la pregunta se refiere a las guardias", aclaró Caballero, y concluyen que hay "un déficit claro" en los centros de salud, que no atienden a partir de cierta hora "el caso de un niño con fiebre alta o un dedo roto", por lo que estos casos -y parte de los que tienen citas para dentro de unos meses y necesitan un diagnóstico más rápido- acaban en los servicios de urgencias de los hospitales y los saturan. Así, el 74,23% califica de regular o malo el servicio de urgencias en centros de salud. La atención domiciliaria concita mayor satisfacción, ya que un 35,05% lo ve bien o muy bien. El SAMU alcanza la mejor nota, con un 53,61% de aplauso.

La segunda encuesta revela, por un lado, "que la estructura participativa de los consejos de salud no funciona", y por otro, "que el movimiento vecinal tiene que prestar más atención a la sanidad", admitió Caballero, ya que la mitad de las asociaciones no tiene un responsable de estos asuntos y la mayoría no dedica espacio a la salud en sus revistas, a pesar de reconocer que necesita más información. En el 82,18% de los casos los responsables vecinales no mantienen reuniones con los profesionales de centros de salud, el 63,37% no sabe si existe en su zona un responsable de educación para la salud y participación ciudadana, y desconocen los programas en esta área, lo que indicaría "que las campañas preventivas no llegan a la población". Además, casi la mitad no conoce a su representante en los consejos de salud. Para Caballero, es necesario "activar la estructura participativa de los consejos de salud" porque "son pocos los que funcionan bien". Antonio Pla, responsable de sanidad en la federación de vecinos de Valencia, criticó que la ley de ordenación sanitaria puede reducir los 20 consejos existentes a tres o cuatro, lo que en su opinión diluirá la participación ciudadana. "Hay que lograr que los consejos dejen de ser comparsas y preparen informes para tomar decisiones", añadió Pla. Los vecinos, que mostraron su preocupación por la privatización de servicios, ofrecieron "colaboración" a Sanidad para lograr "más calidad" asistencial.

La consejería descalificó la encuesta y afirmó que los datos de Cave-Cova "no tienen ningún fundamento estadístico" y son "ajenos a la realidad". El departamento que dirige Vicente Rambla aseguró que sus sondeos "revelan un nivel de satisfacción del 95%". Sanidad citó los 11.196 pacientes encuestados en 2002 en 27 hospitales y sobre distintas especialidades, que arrojan un grado de satisfacción del 9,48 sobre 10, frente "a la falsedad de los datos" de Cave-Cova.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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