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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La vida en la 'estrella de la muerte'

Patricia Fernández de Lis

Cuenta Steve Salbu, profesor de ética en un MBA y autor del prólogo de este libro, que Brian Cruver era uno de sus alumnos más brillantes, pero también el que más se reía cuando hablaba de que las empresas deben incluir consideraciones éticas en sus prácticas de negocio. Cruver tuvo que dejar de reír, sin embargo, cuando el colapso de Enron le dejó en la calle, sin sueldo ni empleo, al día siguiente de que el gigante tejano firmara la bancarrota.

Las múltiples virtudes de este libro se basan en el mismo hecho que determina su defecto principal: Brian Cruver es un antiguo empleado de Enron. Como tal, proporciona información muy interesante sobre su día a día, o los valores que en teoría debían cumplirse -"respeto, integridad, comunicación y excelencia"-. El problema es que Cruver escribe 300 páginas sobre la compañía cuando sólo trabajó un año en ella, y en un área muy concreta -los derivados financieros-.

Enron. Anatomy of greed

Brian Cruver

Arrow Books

ISBN 0-09-944682-0

El interés de este libro es, en todo caso, indiscutible. En primer lugar, está muy bien escrito. No es exagerado decir que Cruver podría ganarse la vida fácilmente como escritor de novelas de intriga. Su narración es fluida y divertida, aun cuando la mayor parte de su trabajo puede parecer aburrido a alguien que no sepa nada del negocio de los derivados.

Cruver tiene también una habilidad especial para describir a sus compañeros y su ambiente de trabajo. "Quiero que vean cómo era la vida para nosotros, y cómo no supimos ver lo que se aproximaba; quiero que vean Enron a través de los ojos de aquellos que la vivieron y la respiraron", dice en la introducción.

El lector camina con Cruver, así, por los pasillos de la sede de Enron en Houston (Tejas), que era conocida como la estrella de la muerte, en homenaje a la estación espacial

con la que el lado oscuro pretende destruir la rebelión en La guerra de las galaxias. El Emperador era el presidente de la compañía, Kenneth Lay, mientras que su lugarteniente Darth Vader era Jeff Skilling, el consejero delegado, aquel que llamó "gilipollas" a un analista en plena conferencia de resultados por preguntarle por el balance. Los motes los eligieron los competidores, pero formar parte del lado oscuro, dice Cruver, era motivo de orgullo para los enronianos. El lector siente el asombro del autor ante la costumbre de calificar con notas a los empleados cada seis meses y despedir al 15% que obtuvo peor puntuación. Y vive con él, finalmente, la angustia del declive de la compañía hasta su colapso final.

De lo que sabemos poco es de lo que realmente ocurrió dentro de Enron, con sus 21.000 empleados y sus 100.000 millones de dólares en ventas. El autor da la impresión de ser algo oportunista, y más cuando reconoce que, antes de escribir el libro, intentó vender todos los papeles que conservaba de Enron en las subastas de Ebay. Es, por tanto, difícil sacar conclusiones sobre qué fue lo que causó el fin de Enron y su auditor Andersen, y puso en duda todo el sistema estadounidense. Pero el libro sí nos ofrece múltiples detalles que lo explican. El plan de opciones sobre acciones de los empleados, por ejemplo, estaba encabezado por una frase atribuida a George Bernard Shaw: "La falta de dinero es la raíz de toda maldad".

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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