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Reportaje:OCIO SOLIDARIO | Guardabosques de Jódar

Guardián de las estepas

El biólogo Miguel Yanes batalla para conservar el monte de la sierra de Jaén donde viven aves en riesgo de extinción

Puede resultar paradójico que los voluntarios de una asociación ecologista denominada Guardabosques dediquen gran parte de sus esfuerzos a defender y conservar el monte estepario tradicional del sureste de Sierra Mágina en Jódar (Jaén). Sin embargo, a pesar de que el valor social de los atochales y espartales es muy pequeño, hay un ave en peligro de extinción, la ganga ortega, que necesita de este ecosistema para sobrevivir. Por ello, hace unos años, los miembros de la asociación ecologista Guardabosques de Jódar se pusieron manos a la obra para impedir que la ortega desaparezca y también recuperar un paisaje al que está desplazando el olivar.

Miguel Yanes es uno de los voluntarios de la asociación jiennense. Comparte su pasión por la biología con su trabajo en la Escuela Taller de Jódar. Como el resto de sus compañeros, durante estos días, está viviendo uno de los momentos "más gratificantes" de su larga carrera como voluntario. El programa Bosques de Unicaja les ha permitido adquirir unas 30 hectáreas en la zona conocida como Las Quebrás. "A éstas hay que sumarle cinco hectáreas que ya gestionamos con un proyecto de voluntariado ambiental a cargo de la Consejería de Medio Ambiente y, también, otras 30, que una comunidad de regantes nos cederá en los terrenos donde se ubica la nueva balsa de riego", cuenta con alegría Yanes.

El objetivo que se persigue es asegurar una pequeña reserva no sólo para la ortega, sino para otras especies que necesitan del sistema estepario para subsistir, como el cernícalo plumilla. En esta batalla están implicadas gentes como el pintor José María, el jornalero Manuel Herrera o la economista Inmaculada Fernández, que no se lo piensan dos veces y, cuando tienen un rato libre, se apuntan a la siembra de trigo, cuelgan cajas nido en el monte o dan charlas sobre el medio ambiente por los colegios.

"Grupos de niños nos han acompañado a sembrar trigo en nuestras tierras para que las ortegas y otras especies puedan comer", cuenta Miguel Yanes. "De este modo, no sólo colaboran para proteger a esta ave y conservar las estepas, sino que ven de primera mano cómo se cultivaba la tierra antiguamente", añade el biólogo. Pero el hito más importante de esta asociación no ha sido que una entidad bancaria les dé dinero sin pedir nada a cambio o que una comunidad de regantes les ceda la gestión de las tierras donde se ubica su balsa. El gran éxito de los Guardabosques ha sido que una pareja de ortegas criara por primera vez, el pasado verano, en el paraje de Las Quebrás. "Son las pequeñas cosas que animan al trabajo voluntario", comenta emocionado Miguel Yanes.

Dos directivas de la Unión Europea catalogan a la ortega como ave en peligro de extinción, al igual que el paisaje de los secarrales de Sierra Mágina. En Andalucía, no hay más de 450 parejas, localizadas en su mayoría en Jaén, Granada y Almería. El caso del cernícalo primilla no es tan alarmante, pero está catalogada como ave "en riesgo menor". Cuenta con unas 4.000 parejas y es frecuente divisarla a lo largo del valle del Guadalquivir.

Raíces locales

La asociación ecologista Guardabosques de Jódar se fundó en 1995 y forma parte de la fundación nacional Bosques de la Tierra, con sede nacional en Málaga. "Al principio sólo éramos un pequeño grupo de amigos y hoy se ha convertido en la asociación más grande de Jaén con más 300 socios", se enorgullece su presidente, Juan José García.

La mayor parte de los afiliados pertenece a este pueblo de 13.000 habitantes, ubicado en el Parque Natural de Sierra Mágina. Pero entre sus voluntarios también hay amigos del resto de Andalucía y de otras comunidades autónomas. Su sede se ubica a las faldas del castillo de Jódar, en el Parque Periurbano Trascastillo, desde donde los voluntarios se han propuesto reintroducir el cernícalo primilla para volver a verlo revolotear por el casco urbano de Jódar, tal y como lo recuerdan lo mayores del lugar.

Pero su labor va mucho más allá. Junto a los proyectos de conservación de la fauna, la asociación comenzó recogiendo cartones y reciclando papel en talleres que organizaron para niños. Además, cuando todavía no se había extendido la instalación de recipientes contenedores para reciclar por separado la basura, estos voluntarios de Jódar fueron los pioneros en implantarlos. Entre sus actividades también destacan, al menos una vez al año, las reforestaciones con especies autóctonas y la limpieza de los montes que rodean el enclave de Jódar.

En cuanto a la divulgación medioambiental, hay que destacar la participación de sus miembros en conferencias, seminarios y proyectos de educación en diversos colegios como el centro de educativo Francisco Soriano Serrano, cuya directora, Juana Vílchez, es una destacada voluntaria. "Pretendemos concienciar a la población sobre la importancia del medio ambiente, especialmente el de nuestra comarca, invitando a participar de forma activa a los niños", señala García. Cada año celebran la Semana Medioambiental, además de publicar cada semestre la revista Acebuche.

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