La policía de Israel interroga a Sharon por un caso de soborno
Pintadas de "traidor" contra el primer ministro por el plan para evacuar Gaza
Ariel Sharon fue interrogado ayer por los investigadores de la policía de Israel por el caso de presuntos sobornos y financiación ilegal de campañas electorales, en el que también está implicado su hijo mayor. Mientras el primer ministro se exoneró de cualquier responsabilidad ante los agentes, el nuevo fiscal general del Estado continúa acumulando pruebas relativas a los otros dos supuestos casos de corrupción que también le conciernen.
A pesar de que los detalles de este segundo interrogatorio han de mantenerse en secreto, fuentes policiales afirmaron que Sharon "cooperó plenamente" con la investigación. Durante el interrogatorio de casi tres horas con los agentes del departamento de investigaciones internacionales, celebrado en la residencia oficial del primer ministro, éste se vio obligado a explicar la naturaleza de las relaciones que mantuvo con un promotor inmobiliario, David Appel, quien presuntamente le ayudó a hacerse con las riendas del Likud en 1999.
Asimismo, tuvo que exponer hasta qué punto fue consciente del juego que este magnate de la construcción quiso hacer con su hijo Gilad, al que contrató y pagó una cantidad desorbitada (650.000 euros) cuando el primogénito de los Sharon carecía de experiencia profesional alguna.
Según el expediente incoado hace dos semanas por un juzgado de Tel Aviv, Appel podría haberse aprovechado de los favores de Sharon en dos momentos. El primero, cuando fue ministro de Infraestructuras del Ejecutivo presidido por Benjamín Netanyahu, para recalificar unos terrenos en las inmediaciones de la localidad de Lod. El segundo, cuando pasó a ocupar la cartera de Exteriores, para intentar que el Gobierno de Grecia le concediera el permiso para construir un gran complejo turístico en una isla del Egeo.
Tanto sobre un supuesto como sobre el otro, la policía dispone de varias cintas de audio, cuyas transcripciones fueron ayer contrastadas con el hoy primer ministro. Por lo poco que ha trascendido de dichas grabaciones en los medios locales, se trataría de conversaciones telefónicas entre Sharon y Appel relativas a las campañas electorales del primero y a los negocios inmobiliarios del segundo. Tras escuchar ayer la versión del principal implicado, la policía debe ahora determinar hasta qué punto fue ingenuo o cómplice respecto de los tejemanejes del constructor.
Paralelamente, los Sharon tienen otros dos casos abiertos: la supuesta creación de empresas tapadera para canalizar donaciones provenientes del extranjero y la posterior recepción y devolución de un cuantioso préstamo destinado a liquidar las deudas electorales pendientes. Aunque todavía no se ha pronunciado públicamente sobre estas cuestiones, si el recién nombrado fiscal general del Estado, Menajem Mazuz, encontrara pruebas suficientes para encausar al primer ministro, esto podría desencadenar su dimisión, tal como ya le ocurrió en su momento al ex presidente de Israel Ezer Weizmann.
Acusado por algunos de sacar a la luz su plan para evacuar los asentamientos de Gaza para desviar la atención pública sobre los presuntos casos de corrupción, Sharon ha comenzado a ser atacado por los colonos a través de pintadas tachándole de "traidor" a la causa sionista. Éstas pueden verse ya en las paredes de la ciudad vieja de Jerusalén y otras localidades israelíes.
Por otro lado, un miliciano armado intentó ayer asesinar al jefe de la policía palestina para toda la franja, Gazi Yabali, quien resultó ileso; 11 agentes y escoltas resultaron heridos durante el tiroteo, que tuvo lugar en la comisaría central de la ciudad de Gaza y que ninguna organización reclamó de forma inmediata. Además, tres palestinos fallecieron en otros tantos incidentes registrados en diferentes puntos de la franja.
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