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Chirac logra retener a Alain Juppé al frente de su partido

El ex primer ministro francés anuncia su retirada de la política en unos meses

Alain Juppé, de 58 años, anunció anoche su intención de "organizar el relevo en unos meses" de su actual responsabilidad como presidente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido político que gobierna en Francia con mayoría absoluta. Entretanto, mantiene la presidencia del partido y conservará la alcaldía de Burdeos y su escaño de diputado.

Esta retirada programada a medio plazo confirma que el presidente, Jacques Chirac, ha yugulado la voluntad de Juppé de tirar la toalla de inmediato, reteniéndole durante el tiempo necesario para rehacer los destrozos políticos causados por la sentencia del 30 de enero, que le condenó a 10 años de inhabilitación para cargos electivos.

Se trata de "organizar el relevo, pasar el testigo" en la cabecera del partido mayoritario, "de elegir un nuevo presidente de la UMP", insistió. Nada dijo sobre las personas que podrían hacerse cargo del partido, pero su voluntad de resistir corta las alas a un eventual intento rápido del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, de llenar el vacío de poder y deja la situación del actual jefe del Gobierno, Jean-Pierre Raffarin, lo suficientemente ambigua como para que todo dependa de los resultados de las elecciones regionales convocadas para marzo, y las europeas de junio.

Formalmente, Juppé no estaba obligado a dejar la política. Sus abogados presentaron ayer un recurso contra la sentencia del Tribunal Correccional de Nanterre que le condenó, lo cual suspende sus efectos hasta que se dicte el fallo de apelación, para el que se estima un plazo de entre seis meses y un año. Esto permite ganar tiempo a Jacques Chirac, que el día anterior había alabado las cualidades de su delfín, afirmando que su presencia es indispensable para Francia.

Juppé confesó anoche que su primera reacción fue abandonarlo todo. La condena a 18 meses de prisión -por ahora, sin obligación de cumplimiento- y a los 10 años de inhabilitación le pareció "terrible". Pero explicó que la simpatía expresada por sus amigos políticos, "incluso por mucha gente de izquierda", y el derecho de todo justiciable a apelar le convencieron de que debía mantenerse. "No se puede cerrar la puerta dejando caer a los que tienen necesidad de uno", dijo también, negando a renglón seguido que él se haya convertido en el "escudo" de Chirac.

Además de insistir en la importancia del recurso judicial, Juppé se preguntó en el telediario de mayor audiencia si sus jueces se habrían sentido "presionados" y expresó su deseo de que las investigaciones puestas en marcha lo averigüen, "porque también es importante para mi proceso", dijo. Esto marca un cambio de orientación respecto a las críticas lanzadas por la derecha a los jueces, que se trocan ahora en la idea de que un fallo dictado bajo presión puede ser invalidado. Cobra así toda su importancia la triple investigación impulsada desde el poder ejecutivo -judicial, administrativa y parlamentaria- para convertir tales presiones en el verdadero caso.

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La última de las tres investigaciones fue decidida ayer mismo: se trata de una "misión de información parlamentaria", desprovista del carácter de comisión investigadora porque la Cámara no puede investigar sobre un asunto que ya está sometido a instrucción judicial. De las tres, la decisiva será sin duda la formada por el presidente del Tribunal de Casación, el presidente del Tribunal de Cuentas y el vicepresidente del Consejo de Estado, que constituyen un órgano sin precedentes.

Alain Juppé, diplomado de la Escuela Nacional de Administración (ENA), ha sido el principal ayudante y colaborador de Chirac desde 1978. Fue ministro de Exteriores en el Gobierno de Edouard Balladur, de 1993 a 1995, y se convirtió en primer ministro cuando Jacques Chirac sucedió a François Mitterrand. En ese cargo vivió dos años muy difíciles, con manifestaciones de protestas y huelgas de enorme amplitud en los servicios públicos, para echar abajo su programa de reformas sociales. La impopularidad que arrastra desde entonces no ha mejorado con el paso del tiempo: el 58% de los franceses no quieren que continúe en la política, frente a un 37% que desean que siga adelante, según el primer sondeo realizado tras la condena, que publicará hoy Paris Match.

Alain Juppé llega a la sede de su partido, ayer en París.
Alain Juppé llega a la sede de su partido, ayer en París.ASSOCIATED PRESS

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