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La Generalitat y Fecsa-Endesa aceptan negociar cambios en la línea de las Gavarres

El consejero de Trabajo e Industria de la Generalitat, Josep Maria Rañé, anunció ayer en Llançà (Alt Empordà) que se abrirá próximamente una negociación entre la compañía eléctrica Fecsa-Endesa y el consistorio de Llagostera para pactar algunos cambios de trazado en la polémica línea de las Gavarres. "Hay soluciones técnicas que nos pueden permitir resolver un problema de una línea que en su momento se hizo sin diálogo", admitió el consejero. "Intentaremos deshacer la situación de falta de entendimiento", abundó el titular de Industria, quien lamentó que el anterior Gobierno de la Generalitat hubiera optado por la imposición en lugar de buscar el consenso.

Rañé también se comprometió a revisar el plan de inversiones de la compañía que ostenta el monopolio de la electricidad en Cataluña para comprobar que se ajusta a las necesidades energéticas del país.

El consejero explicó que la negociación entre Fecsa-Endesa y Llagostera pondrá sobre la mesa la posibilidad de algunos cambios de trazado cuya ejecución no debería afectar al servicio eléctrico, ni en la calidad ni en la cantidad. Rañé aseguró que la línea eléctrica, que funciona a pleno rendimiento desde septiembre de 2001, es vital para asegurar el desarrollo económico de la zona y deben evitarse medidas que puedan originar el colapso o el ahogamiento del suministro eléctrico. La compañía eléctrica siempre ha admitido que las modificaciones concretas son viables técnicamente, aunque suponen un importante dispendio.

La línea de las Gavarres volvió hace unos días al primer plano de la actualidad a causa de las manifestaciones del alcalde de Llagostera, Lluís Postigo. El edil explicó que en la zona no se daban por vencidos en sus reclamaciones y confiaban en la colaboración del nuevo Gobierno tripartito para cambiar el emplazamiento de algunas torres muy cercanas a los núcleos habitados y a parajes de importante valor natural. Postigo ha reunido de nuevo las demandas de otros municipios vecinos y de la coordinadora Antilínea.

El consejero de Industria se comprometió ayer en Llançà, durante la inauguración de una nueva subestación de la compañía eléctrica, a mediar en estas reclamaciones. La nueva infraestructura eléctrica, que ha costado unos 2,3 millones de euros, dará servicio a unos 12.500 clientes de ocho municipios del Alt Empordà. La estación está preparada para incorporar a la red eléctrica la energía que suministrarán los parques eólicos proyectados en esta zona, azotada por una fuerte tramontana.

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