Aznar se compromete a resolver la situación de los 40.000 argentinos sin papeles en España

La visita a España de Néstor Kirchner adquirió ayer una intensidad política no prevista inicialmente. Por un lado, el presidente argentino celebró una rueda de prensa en La Moncloa junto al presidente del Gobierno, José María Aznar, que había sido descartada inicialmente. Por otro, el propio Aznar anunció que esta noche volverá a reunirse con el huésped para una cena que no estaba programada. En ese ambiente de cordialidad, el presidente del Gobierno se comprometió a resolver la situación de los 40.000 argentinos sin permiso de residencia que hay en España.

"Estamos muy felices con los argentinos que están aquí en España, y deseamos que todos los que tengan la oportunidad de venir y trabajar estén legalmente, y serán muy bien venidos. Sabemos que pueden existir algunos problemas, pero ya los salvaremos como hay que hacer esas cosas: en el respeto de la legalidad", dijo, en efecto Aznar.

"El Gobierno argentino ha encontrado clara comprensión de la problemática. Calculamos que los cauces institucionales van a ser los que paulatinamente, dentro del marco de las normas, de las leyes y del sentido positivo de las cosas, van a terminar de ir ordenando un problema que es difícil", asintió Kirchner.

El presidente argentino había asegurado la víspera, ante varios cientos de conciudadanos suyos residentes en Madrid, que resolvería con el Gobierno español el problema de los 40.000 -60.000, según fuentes de la colonia- inmigrantes en situación irregular, sobre un total de cerca de 100.000 residentes en España, mediante los contactos que va a mantener estos días en Madrid.

El Ministerio del Interior había echado un jarro de agua fría sobre esas expectativas al declarar la semana pasada, por boca de su subsecretario, José María Olano, que los argentinos no tendrían más posibilidades de regularizar su situación que los ciudadanos de "cualquier otro país". Argentina tiene una larga tradición de acuerdos para facilitar el establecimiento de inmigrantes procedentes de España.

En la práctica, lo que ayer hicieron Aznar y Kirchner fue instruir a sus respectivos ministros de Exteriores, Ana Palacio y Rafael Bielsa, para que se constituya "de inmediato" la comisión bilateral sobre el tema creada el pasado noviembre. Este extremo fue confirmado por un alto funcionario de la delegación argentina, según informa Nicolás Dromi. De acuerdo con la misma fuente, Aznar le dijo a su huésped que tiene "la mejor disposición" para resolver los problemas planteados, pero también le sañaló que su capacidad de maniobra se encuentra limitada por los compromisos de Schengen y la política de inmigración de la Unión Europea.

Palacio y Bielsa volverán a tratar el asunto esta noche, en una cena. El argentino le ha pedido a la ministra que se paralicen todos los procedimientos administrativos contra inmigrantes argentinos hasta que la comisión dictamine. Fuentes diplomáticas españolas confirmaron que se espera la llegada de una delegación argentina para estos temas..

La situación económica y el futuro de las inversiones españolas fueron las otras grandes cuestiones abordadas por los líderes. Aznar alabó "los éxitos y la recuperación en los últimos meses" de la economía argentina, que, dijo, "ha cumplido e incluso superado los objetivos que le marcó el FMI", y se mostró convencido de que esta institución renovará su acuerdo con Buenos Aires.

Kirchner destacó que su país va a crecer a "más del 8%", tras haber reducido el desempleo "más de 7 puntos en un año", creado "77.000 puestos de trabajo por mes" e incrementado la recaudación fiscal " desde 4.000 hasta 6.000 millones de pesos en un año". Argentina está todavía en el infierno", reconoció, no obstante. También afirmó que el clima entre su Gobierno y las empresas españolas ha mejorado desde junio, porque "las empresas españolas han vuelto a tener rentabilidad", y alabó,en concreto, al BSCH por "haber generado créditos a largo plazo en el momento más difícil".

Lo más novedoso de la jornada fue, con todo, el súbito aumento del interés de Aznar por esta visita, como él mismo reconoció al recibir a Kirchner en La Moncloa de este modo: "No sabía si reunirme contigo o no, porque leí que tienes el 80% de popularidad y supuse que debías de estar inaguantable". Ambos rieron y se abrazaron.